La Asociación Madrileña de Distribuidores de Automoción se pega un tiro en el pie al pedir que la UE no «imponga» el coche eléctrico
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Publicado: 20/02/2023 13:08
La semana pasada, el Parlamento Europeo aprobó de forma oficial la prohibición de vender automóviles nuevos con motor de combustión interna (gasolina, diésel, híbridos, híbridos enchufables) en el mercado común a partir del año 2035. Tras la votación, el texto todavía debe recibir luz verde por parte del Consejo Europeo.
Aunque esta medida ha sido celebrada por numerosas organizaciones ecologistas, no han sido pocas las voces que se han mostrado en contra. Un ejemplo lo encontramos en AMDA (Asociación Madrileña de Distribuidores de Automoción), que reúne el 90% de los concesionarios privados de todas las marcas de coches y motos en la Comunidad de Madrid.
Carlos Bustillo, presidente de AMDA, ha criticado duramente la estrategia de la UE en unas recientes declaraciones. «Tras la limitación anunciada para 2035 de la venta en Europa de vehículos propulsados con motores térmicos de gasolina o diésel, en AMDA mostramos nuestra preocupación por el modo en el que se están haciendo las cosas sin escuchar la realidad que viven los usuarios, los clientes de un sector que tiene un gran peso en la economía española y europea».
En un discurso que recuerda al esgrimido por Toyota para justificar su lenta apuesta por el coche eléctrico, Bustillo ha defendido un enfoque multitecnológico para reducir las emisiones del parque automovilístico. «No podemos imponer el vehículo eléctrico y menos limitando o prohibiendo el acceso a otro tipo de motorizaciones».
La realidad de la industria europea
«Desde Europa se están tomando estas decisiones empujados por determinados lobbies en lugar de escuchar las necesidades de sus ciudadanos. Esta decisión no parece tener mucho que ver con la transición ecológica y mucho menos con las necesidades del cliente. Somos conocedores de que tenemos que ayudar para cambiar el modelo actual, que es muy contaminante y hay que mejorarlo, pero no creemos que la solución sea prohibiendo y limitando con esta radicalidad».
Más allá del hecho de que Bustillo no concreta en ningún momento los objetivos de los supuestos lobbies que buscan imponer la movilidad eléctrica por motivos diferentes a la transición ecológica, lo cierto es que la nota de prensa publicada por AMDA no parece contemplar la realidad de la industria automovilística europea.
A pesar de que Bustillo afirma que «nos dan 12 años para tirar a la papelera más de 100 años investigando, desarrollando y fabricando motores térmicos que funcionan con diésel o con gasolina», lo cierto es que la mayoría de fabricantes ya habían tomado la decisión de centrar sus inversiones en los vehículos eléctricos antes de que la UE aprobara la medida.
Algunas de las marcas más importantes del panorama planean ser 100% eléctricas antes de que entre en vigor la prohibición comunitaria. Este es el caso de Renault (2030), Volvo (2030), Volkswagen (2033) o el grupo Stellantis (2030) en su conjunto; es decir, Alfa Romeo, Citroën, DS, FIAT, Jeep, Lancia, Opel, Peugeot…
La mayoría de marcas serán 100% eléctricas mucho antes de 2035
Esto no es un fenómeno exclusivamente europeo, pues tanto en Estados Unidos (Ford, General Motors) como en China (Geely, SAIC) se está apostando con decisión por la electrificación. Incluso firmas japonesas como Honda estiman que el 40% de sus ventas mundiales se corresponderán con modelos de este tipo para 2030.
En todo 2022, los coches eléctricos alcanzaron una cuota de mercado del 12% en Europa, llegando a un 25% en diciembre. La tendencia es clara y la transición está llevándose a cabo con enorme rapidez, por lo que lo más probable es que para principios de la década que viene las ventas de vehículos térmicos sean ya residuales, pues se espera que la paridad de precios se alcance el próximo lustro gracias a las economías de escala.
Si bien AMDA critica que el cambio a la movilidad eléctrica «va a dañar mucho a la industria española y europea, sobre todo, porque 10 años son muy pocos para realizar esta transformación», nuestro país se está convirtiendo con rapidez en un polo de gran atractivo para las empresas del sector.
Fabricantes de automóviles (Ford, Mercedes-Benz, Stellantis, Volkswagen) y de baterías (Envision, InoBat, PowerCo, Tata) ya han mostrado su interés en invertir en España, que actualmente es el segundo principal productor de automóviles de Europa tras Alemania. No destinar recursos a la electrificación, que se convertirá en la corriente principal tarde o temprano, supondrá dejarle en bandeja nuestro mercado a los fabricantes extranjeros (concretamente a los chinos), algo que sí hará verdadero daño a nuestra industria, que se quedará descolgada y perderá competitividad si no se adapta con rapidez.
El hidrógeno no es la solución
Llama la atención que Bustillos haga un llamamiento a apostar por el hidrógeno, una tecnología que la UE no ha prohibido y que actualmente está mucho menos desarrollada que la electrificación directa. AMDA solicita que se instale una hidrogenera subvencionada por el estado en cada población, algo que no tiene ni pies ni cabeza por su elevadísimo coste y por su baja eficiencia energética.
«Esto hay que democratizarlo, hacerlo accesible para todos. Igual que se pretende con la electricidad y aquí estamos a menos de medio camino. Lo que no puede decir Europa, de una manera tan radical, es que en 2035 se acaba todo lo demás sin dar garantías y certidumbres de lo que va a pasar realmente con el vehículo eléctrico a día de hoy».
Algunos de los problemas que cita Bustillos para la expansión del coche eléctrico (cuantía económica, edificios sin garaje para cargar) están más cerca de solucionarse gracias a las baterías LFP y a los puntos ultra-rápidos que los numerosos inconvenientes que presenta el hidrógeno. Incluso su principal defensora, Toyota, cree que seguirá siendo una tecnología minoritaria en 2030.
La nota de prensa también señala que, debido a la imposición de los coches eléctricos, las ventas de vehículos térmicos corren el riesgo de estancarse antes de lo previsto. Sin embargo, es interesante recordar que, por el momento, la demanda continúa superando la capacidad de producción de los fabricantes, muy afectados por la crisis en el suministro de componentes. Por lo tanto, todavía es pronto para aventurarse a realizar dicho pronóstico, pues los clientes bien podrían aprovechar para comprar vehículos térmicos antes de que su prohibición se haga efectiva, lo que impulsaría sus ventas.