La electricidad, en precios de récord en España, suponen problema para las energías renovables. ¿Por qué?
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Publicado: 18/06/2024 07:00
Los datos lo dejan bien claro: el papel de las energías renovables en España no deja de crecer y, mes a mes, siguen produciéndose récords en la industria. Por ejemplo, en el pasado mes de marzo, las energías renovables alcanzaron su mayor cuota con un 65,2% de la producción, con un total de 14.591 GWh y un aumento del 15,6% respecto al año anterior.
Las últimas estrategias en nuestro país están surtiendo efecto, con el apoyo a la inversión de este tipo de energías y la introducción de ayudas para su instalación como principales factores de su crecimiento, hasta el punto de convertir a España en el segundo país de la UE con mayor infraestructura de energía renovable, solo por detrás de Suecia.
La energía eólica ya no es solo la principal fuente renovable de los últimos años, sino que también ha sido la líder absoluta durante muchos meses consecutivos, por delante de la hidráulica, la nuclear y la fotovoltaica. Desde el 2008, la capacidad total de generación eólica se ha duplicado, mientras que la energía solar se ha multiplicado por ocho en estos últimos 16 años.
El Gobierno de España se ha marcado varios objetivos al respecto: que las energías renovables cubran el 81% de las necesidades eléctricas en nuestro país para el año 2030 y que el 34% de nuestra economía dependa de la electricidad para ese año, abandonando paulatinamente la dependencia de los combustibles fósiles.
Los problemas de desequilibrio entre oferta y demanda
En este contexto, se da la positiva circunstancia de que la producción de energía renovable crece en nuestro país y los precios de la luz caen, pero también tiene matices negativos importantes. El primero, el desequilibrio entre la oferta y la demanda de electricidad, que ocasiona en muchas ocasiones un excedente de electricidad.
Esto se ha debido, en gran parte, a la caída de la demanda de electricidad observada en España: los motivos, la crisis energética generada por la guerra en Ucrania, que provocó que se redujese su uso; la mejora de la eficiencia energética; y, como decíamos, el mayor uso de energías renovables. En 2023, por ejemplo, se registró la cifra más baja desde el 2003. «Lo que estamos viendo es una desvinculación de la intensidad energética de la economía», afirma Miguel de la Torre Rodríguez, jefe de desarrollo de sistemas de Red Eléctrica.
«Dado que el sistema eléctrico siempre tiene que tener un equilibrio (la demanda tiene que ser igual a la generación), eso significa que ha habido un exceso de generación durante las horas de más sol. Esto ha hecho bajar los precios, especialmente durante ciertas horas, cuando los precios han sido cero o incluso negativos», destaca De la Torre.
Te preguntarás, entonces, por qué esto último es negativo. No lo es, claro, para el consumidor, ya que los precios son más bajo. Pero sí para la industria, ya que esto dificulta la inversión en este campo. «Esto puede dificultar que los inversores aumenten su inversión en nueva electricidad basada en energías renovables. Puede ser un obstáculo para la transición energética», comenta Sara Pizzinato, experta en energías renovables de Greenpeace España.
¿Cómo se puede corregir esta situación? Principalmente, acelerando la electrificación de la economía, como la apuesta por los coches eléctricos o las bombas de calor en hogares (donde España está a la zaga en Europa), que permita alejarla de los combustibles fósiles. Pero también eliminando gradualmente y de forma más rápida el uso de plantas nucleares y aumentando la capacidad de almacenamiento de energía.
«Este proceso va lento y necesitamos acelerarlo. La electricidad es la forma más barata y competitiva de producir energía limpia. Necesitamos instalaciones que utilicen electricidad en lugar de combustibles fósiles», remata José Donoso, de la UNEF, la Unión Española Fotovoltaica.
Fuente | BBC