Los alemanes temen que algunas de sus marcas desaparezcan en la era eléctrica: Opel, Audi o BMW entre las más amenazadas
El lento proceso de adaptación a la movilidad eléctrica lleva al pesimismo de los alemanes con algunas de sus marcas a las que sentencian de muerte por la transformación del sector hacia el coche eléctrico.
La transformación que está viviendo el sector de la automoción ha pillado algo desprevenidos a unos grupos alemanes que navegaban tranquilamente, con unos coches eléctricos que eran simples apósitos estéticos, mientras vendían ingentes cantidades de modelos diésel o gasolina. Pero el cambio está llegando, y los grupos tradicionales germanos no parece estar preparados, algo que lleva a pensar a los clientes alemanes a que muchas de sus marcas no sobrevivirán al cambio, con nombres como Opel, Audi o BMW entre las favoritas a desaparecer.
Según el estudio de la consultora Simon-Kucher Automotive, más de la mitad de los alemanes temen que en el futuro los fabricantes tradicionales desaparezcan del mercado. Los motivos: el alto dinamismo en el ámbito de la movilidad eléctrica, la presión para innovar, los nuevos rivales y las exigencias de emisiones.
El estudio pone sobre la mesa algunos datos interesantes, como que la inflación no reduce la predisposición de los alemanes a comprar un coche, y es que los datos indican que estos han aumentado su presupuesto de adquisición en los últimos años.
El 53% de los alemanes cree que las marcas de automóviles tradicionales están condenadas a desaparecer en esta era eléctrica, con nombres como en especial riesgo como Opel (20%), Audi (15%) y BMW (11%).
En la primera posición se coloca Daihatsu, marca propiedad de Toyota, que para el 28% de los encuestados está condenada a desaparecer. Opel, Chevrolet (18%) y Geely (16%) son los siguientes, en un listado que también está FIAT, que empata con Audi con el 15%, Suzuki, 14%, Ford, 13%, BMW, 11%, y KIA, 10%.
En el otro lado de la balanza, marcas como Volkswagen logran mantener su imagen en Alemania, siendo la marca no premium mejor valorada, por delante de Ford y Skoda.
Según Matthias Riemer, de Simon-Kucher. «Las marcas establecidas se enfrentan al desafío de garantizar su relevancia debido a la alta dinámica de la electromovilidad, la presión para innovar, los nuevos competidores y las exigencias de sostenibilidad, como la prohibición de los motores de combustión interna. Sin ajustes, las marcas tradicionales alemanas también corren el riesgo de perder cuota de mercado y confianza.”
En lo que respecta a las preferencias de los clientes, todo apunta hacia la electrificación: el 61% de los alemanes ve los coches eléctricos como el futuro.
Otra tendencia interesante es que la competencia de China ya tiene efectos en los consumidores, incluso entre aquellos que buscan un coche occidental. El estudio indica que a pesar del cada vez mayor interés en fórmulas como el leasing y el renting, la posición de los clientes es de esperar ofertas y precios más competitivos gracias a la competencia. Algo que se traduce en que el 34% de los alemanes está pensando en comprar un coche eléctrico chino.
Según la encuesta, el 60% de los alemanes ya ha decidido la marca de su próximo coche. El 71% ya está seguro del tipo de sistema de propulsión. Algo que se traduce en que los fabricantes deberían tener una visión a medio y largo plazo, pensando ya en la próxima generación que les permita lograr un crecimiento sostenible con las estrategias adecuadas. La clave: orientación al mercado orientada al cliente, implementada de forma dinámica.
Fuente | Simon Kucher