Tu coche gasolina es ineficiente, solo aprovecha una pequeña parte de la energía
Un motor eléctrico convierte hasta el 95% de la energía en movimiento, mucho más que un gasolina o un diésel. En los térmicos, la mayor parte de la energía se desperdicia.
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Publicado: 21/11/2024 14:56
Esto no es una provocación, sino una realidad. Los vehículos que utilizan un motor de combustión interna, tanto los gasolina como los diésel, son mucho más ineficientes que los vehículos totalmente eléctricos. ¿Qué significa esto? Significa que los vehículos con este tipo de mecánica desperdician la mayor parte de la energía contenida en el combustible, mientras que los vehículos eléctricos tienen unos mayores niveles de eficiencia.
¿Cuánta energía ‘tira’ un gasolina, o un diésel, frente a un eléctrico?
Dependerá del modelo y su motor, por supuesto, pero los datos orientativos apuntan a que un motor gasolina tiene una eficiencia total aproximada del 20% ó 30% en el mejor de los casos. En el caso de un motor diésel, el nivel de eficiencia total oscila entre el 30% y 40%, aproximadamente. Y esto quiere decir que, efectivamente, como te iba avanzando, la mayor parte de la energía se desperdicia y no se aprovecha para el movimiento del vehículo.
¿Dónde se pierde la energía? Aproximadamente el 40% se pierde en los gases de escape, mientras que del orden de un 30% se pierde en el sistema de refrigeración del motor. Cosas que, efectivamente, no tiene un coche eléctrico. Sistema de escape sencillamente no existe, y sistema de refrigeración sí, tanto del motor como de la batería, pero se aprovecha en gran medida la propia recirculación aerodinámica. Cosa distinta es para calentar la batería cuando hace frío, donde los eléctricos sí usan una buena parte de la energía.
Además de lo anterior, se producen pérdidas menores, del 5% aproximadamente, en la fricción de las partes móviles y en el bombeo, además de en el propio sistema de transmisión. Un motor diésel es algo más eficiente y es por su mayor ratio de compresión, así como por una mayor eficiencia térmica. Sea como fuere, tan solo entre un 20% y un 40% de la energía se convierte en movimiento efectivo del vehículo.
Los vehículos con motor térmico tienen pérdidas térmicas debidas a sus altas temperaturas, que se controlan mediante sistemas de refrigeración; también pérdidas mecánicas porque están compuestos por una enorme cantidad de piezas móviles lubricadas que producen fricción constante, y usan sistemas de transmisión muy complejos. Por otro lado, tienen limitaciones termodinámicas que condicionan su eficiencia máxima teórica a nivel físico.
Es muy distinto en un coche eléctrico, con una eficiencia de hasta el 95%
En un coche eléctrico, en el cual hay hasta 10 veces menos piezas móviles, la eficiencia total puede oscilar entre el 85% y el 95%, y constantemente se están introduciendo mejoras técnicas que siguen impulsando precisamente esto. No tienen un sistema de refrigeración tan complejo y además usan sistemas de transmisión más simples, o incluso directas.
En un coche eléctrico habría que considerar que los sistemas de carga tienen una eficiencia energética limitada también, que ronda el 90%, mientras que la generación eléctrica es el eslabón de la cadena en el que la eficiencia es menor. Claro, que en los sistemas térmicos la extracción y refinado de petróleo, o su transporte, tienen también una eficiencia energética todavía menor que la eficiencia local del propio motor.