El enorme impacto que el coche eléctrico está empezando a tener en África

El enorme impacto que el coche eléctrico está empezando a tener en África

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Publicado: 15/07/2024 10:30

Los coches eléctricos son toda una oportunidad para los países en desarrollo de soltar la soga que les agarra el cuello por culpa de los elevados costes de los combustibles fósiles. Unos combustibles con un precio por litro similar al de Europa, pero con unos salarios muchísimo más bajos. Un círculo de pobreza que los eléctricos están empezando a romper.

Cada vez hay más casos de empresarios que han visto la oportunidad de salir de este círculo donde los costes operativos se comen casi todo lo generado por su actividad. Es el caso de los taxistas, que están empezando a pasarse al coche eléctrico gracias a la promesa de unos costes operativos muchísimo más atractivos.

En Kenia encontramos el caso de Paul Mwai. Un taxista que lleva siete años recorriendo la capital Nairobi, y que ahora se acaba de comprar un coche eléctrico para su día a día.

Se trata de un coche eléctrico chino. Un Neta V. Un pequeño SUV compacto de 4 metros de largo con 318 km de autonomía CLTC, que es una de las opciones más económicas en el mercado, y que tiene un coste de unos 30.000 euros al cambio. Un precio castigado por los fuertes impuestos que tienen que pagar los coches importados en Kenia, ya que hablamos de un modelo que en China se vende desde los 10.000 hasta los 13.000 euros. Cifras que los aranceles han triplicado para este cliente.

A pesar de esta barrera, el propietario ha visto el potencial a largo plazo debido a los enormes ahorros operativos que le ofrecerá.

Los números de Mwai nos muestran que en la actualidad el coste del combustible está en los 581 euros al mes. Algo que tiene que ver con un precio del diésel que llega a los 1.2 euros el litro en Nairobi. Un coste muy cercano a los 1.3 euros el litro que cuesta actualmente en cualquier ciudad de España.

Unas cifras en un país que según los datos, cuenta con un salario mínimo de 125 euros al mes, frente a los 1.134 euros del SMI en España. Algo que nos muestra el nivel de esfuerzo que tienen que hacer los keniatas para pagar el combustible.

Frente a esto, el propietario tiene la alternativa de un coche eléctrico. Una opción lastrada por los exagerados costes arancelarios de los coches, pero que a cambio supone poder contar con un vehículo con un coste mensual de 186 euros.

También contará con un menor coste en cuanto a mantenimiento, lo que ha convencido a este taxista que una vez termine de pagar el préstamo del vehículo dentro de tres años, podrá reducir su factura energética mensual en 395 euros al cambio.

Esto serán 4.740 euros al año, o 23.700 euros después de 5 años o unos 100.000 km. Cifras teniendo solo en cuenta el ahorro en combustible, y sin contar con los menores costes de mantenimiento.

Un Neta V que además recordamos monta una batería LFP, lo que asegura a su propietario que, salvo imprevisto, tendrá coche para muchos años.

Un caso de éxito que sin duda sería todavía más positivo si los coches eléctricos pagasen menos impuestos de entrada, o que contasen con una producción local, lo que sin duda permitirá amplificar el impacto tanto económico, como en reducción de emisiones, en unos países fuertemente castigados en ambos aspectos.

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