La UE quiere cambiar la forma de calcular la huella de carbono de las baterías, pero Alemania se opone. ¿Por qué?

La UE quiere cambiar la forma de calcular la huella de carbono de las baterías, pero Alemania se opone. ¿Por qué?
Ensamblaje de baterías de Audi en Bruselas

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Publicado: 08/08/2024 12:31

La Comisión Europea planea modificar el Reglamento de Baterías de la UE de cara al año 2027 para cambiar la forma en la que se calcula su huella de carbono. De salir adelante esta iniciativa, no solo se tendrá en cuenta la cantidad de energía eléctrica consumida en su fabricación, sino también el mix eléctrico nacional, algo que beneficiará a países como España o Francia… y perjudicará a otros como Alemania.

La industria germana no ha tardado en pedir la intervención del Gobierno alemán para tratar de frenar esta modificación, ya que su mix eléctrico depende en gran medida del gas y el carbón, mientras que España cuenta con un amplio despliegue de renovables y Francia lleva años apostando por las nucleares, dos fuentes libres de emisiones directas.

Aproximadamente el 40% de la electricidad producida en Alemania procede de combustibles fósiles. Algunos fabricantes temen que esta medida conlleve menores inversiones en la construcción de plantas de baterías, que podrían irse a otros países. La VDA (Asociación Alemana de la Industria Automotriz) no ha tardado en encender las alarmas.

«La industria automovilística en sí misma tiene poca influencia en el mix energético nacional y regional. Por tanto, en general, este proyecto contradice los planteamientos anteriores y acarrearía importantes desventajas para las ubicaciones existentes en Alemania«.

Producción de packs de baterías del Grupo Volkswagen

La Unión Europea introducirá un «pasaporte verde» para baterías en 2027

El Reglamento de Baterías de la UE busca garantizar la economía circular y la sostenibilidad del sector, motivo por el que en 2027 entrará en vigor un «pasaporte verde» que registrará diferentes datos relativos a su impacto ambiental. Cada coche eléctrico contará con una documentación vinculada al número de bastidor y a un código QR que, cuando se escanee, mostrará información detallada sobre el proceso de fabricación de sus baterías.

El etiquetado tendrá un coste de entre 7 y 13 euros por unidad, y permitirá aumentar la responsabilidad de la cadena de suministro, mostrando el origen de componentes como el cobalto, el grafito, el litio y el níquel.  Esto podría servir a las autoridades para excluir de las ayudas públicas a aquellos grupos que utilicen energías fósiles en sus procesos de producción, por ejemplo.

La normativa europea también requerirá que, a partir del año 2031, el 16% del cobalto utilizado en las celdas proceda del reciclaje, porcentaje que se quedará en un 6% para el litio y el níquel. Las autoridades quieren lograr que el mercado europeo represente el 25% de la producción mundial de baterías para finales de la década, un objetivo realmente complicado si tenemos en cuenta el actual dominio de la industria asiática.

Fuente | electrive