
Y de pronto, Volkswagen están teniendo éxito con sus coches eléctricos en Europa
Después de unos inicios complicados, Volkswagen por fin está viendo la luz en el sector del coche eléctrico gracias al éxito del ID.7, que se ha convertido en todo un hito en mercados como Alemania.

Resulta que en Alemania, el coche eléctrico que más se está vendiendo este año es…un Volkswagen. El ID.7. Un coche de casi 50.000 euros en su versión más económica, que estaba pasando con más pena que gloria por el mercado, hasta ahora.
Porque seamos sinceros, a Volkswagen le costó un huevo y parte del otro meterse en el mercado del coche eléctrico. Vale que el CEO de entonces, Herbert Diess, intentó cambiar el rumbo allá por 2018, pero la cosa fue lenta y pesada por la falta de visión del consejo directivo que terminó despidiendo al propio Diess.
Cuando sacaron el ID.3 a finales de 2020, quedó claro que, aunque no fue un batacazo total, tampoco era la panacea. El ID.3 quería sustituir al mítico Golf, pero venía con unos fallos de software graves, unas calidades cuestionables y unos precios elevados. Y para colmo, el diseño no enamoró precisamente a los clientes europeos. Resultado, un batacazo en ventas y una caída libre sin final.
El ID.7: El nuevo «coche de empresa» de moda

Pero ojo, que cuatro años después la cosa ha cambiado bastante, ¡y para bien! Resulta que de los diez eléctricos más vendidos en Alemania, ¡ocho son del grupo Volkswagen! Y el que se lleva la palma es el ID.7, el «Passat eléctrico». Así lo dicen los datos del analista de coches Matthias Schmidt.
Según Schmidt, el ID.7 encaja como anillo al dedo en lo que buscan los que gestionan las flotas de coches de empresa. Es como la definición perfecta de «coche de empresa». Para las empresas, que son las que compran la mayoría, igual que pasaba con el Passat, lo que importa es la cuota de leasing.
Y esa cuota puede ser baja porque se calcula que el coche no va a perder mucho valor. «Los que gestionan flotas quieren esa previsibilidad, algo que a veces no tenían con Tesla», explica Schmidt. Y es que Tesla en los últimos años ha pegado unos bajones de precios importantes de repente, lo que hacía que el valor de reventa cayera en picado.
Markus Lienkamp, un profe de ingeniería de vehículos de la Universidad Técnica de Múnich, lo tiene claro sobre el éxito del ID.7: «La autonomía alta, de casi 700 kilómetros, es la razón principal por la que la gente lo compra». Dice que el ID.7 es bajo y tiene una aerodinámica decente. Y que en la vida real, en autopista, te puedes hacer tranquilamente más de 400 kilómetros sin parar a cargar. «Los que hacen muchos kilómetros quieren poder cubrir esas distancias sin tener que parar a enchufar el coche». A eso se suma que por dentro es enorme.

Lienkamp incluso se atreve a decir que el éxito de los eléctricos como el ID.7 debería frenar el boom de los SUV. Porque los SUV gastan mucho en autopista por su gran frontal, la autonomía se reduce y, «le des las vueltas que le des, la autonomía es clave para mucha gente».
En Volkswagen están, lógicamente, muy contentos con el ID.7 y presumen de que en Europa ya venden más de este eléctrico que del Passat de toda la vida, que todavía se vende con motor de combustión. Los de marketing de Wolfsburgo decidieron que el Passat se quedara con el apellido «Variant» (familiar) y que el familiar del ID.7 se llamara «Tourer». ¡Y ojo!, que el familiar del ID.7 se lleva más de dos tercios de las ventas.
Tesla ya no es ni la más innovadora ni la más barata

Así que VW, poco a poco, le está haciendo la competencia a Tesla, la marca que casi es sinónimo de coche eléctrico. Vale que el Model Y y el Model 3 siguen estando en lo más alto de las ventas de eléctricos en Europa, pero les falta variedad en la gama.
La ausencia de la propuesta compacta de los americanos ha permitido a Volkswagen remontar. Esto se traduce en que incluso la marca principal de Volkswagen, la de turismos, vendió más coches en el primer trimestre (65.679) que Tesla (53.237). Si sumamos Audi (34.739 eléctricos), Škoda (26.578) y Cupra (18.878), la superioridad es muy clara.
Quizás el Model Y renovado, que está empezando a salir de la fábrica de Alemania desde principios de abril, impulse las ventas. O quizás no. Dejando de lado la cuestión política de Elon Musk, Tesla ya no puede presumir de ser la referencia.
Las normas de CO₂ obligan a más eléctricos

Los coches eléctricos de Volkswagen, después de un comienzo un poco desastroso, ya están bien afinados. Pero no todo es perfecto para VW. Aunque en el primer trimestre las ventas del grupo subieron un 1%, hasta los 2,1 millones de turismos, y la cuota de eléctricos en Europa Occidental es de casi una quinta parte, las ganancias cayeron un 37%, hasta los 2.900 millones de euros.
Esto se debe, entre otras cosas, a que los fabricantes de coches de toda la vida todavía no ganan tanto con un eléctrico vendido como con uno de combustión. A eso se suman las provisiones para el escándalo del diésel de 2015, que sigue coleando, los costes de la reestructuración de su filial de software Cariad y las provisiones para posibles multas por CO₂.
Precisamente estas últimas son una de las razones por las que los eléctricos de Volkswagen se están vendiendo tan bien ahora. El grupo tiene que cumplir este año unos límites de CO₂ más estrictos, o se enfrenta a multas de la Unión Europea. Para conseguirlo, tienen el ID.3 y el Škoda Elroq en sus versiones básicas por debajo de los 30.000 euros.
Si Volkswagen quiere seguir siendo líder en Alemania y Europa, un «coche de empresa» clásico como el ID.7 no es suficiente. Coches pequeños como el ID.2 son más que necesarios. Pero todavía falta un año para que este «Polo eléctrico» empiece a rodar por las carreteras europeas, mientras que el ID.3 y el ID.4 esperan desesperados la adopción de tecnologías como las baterías LFP para poder reducir sus precios y seguir el camino del éxito del ID.7.