
BYD confirma que su fábrica de Hungría comenzará su producción a finales de año, y usará acero europeo
BYD ha elegido a la empresa europea Voestalpine como suministrador de acero para su nueva planta en Hungría. El proyecto refuerza la estrategia de producción local en Europa donde comenzará a fabricar coches a finales de este mismo año.

BYD ha seleccionado a Voestalpine como principal suministrador de acero para su primera fábrica de coches en Europa, ubicada en Szeged, Hungría. La alianza con el grupo siderúrgico austriaco marca un hito dentro de la estrategia de producción localizada de la marca china, que busca consolidar su presencia industrial en el continente europeo.
El acuerdo, presentado oficialmente en Viena, permitirá a Voestalpine suministrar acero laminado desde su planta de Linz para la fabricación de carrocerías y paneles exteriores de los vehículos de BYD. La elección del proveedor responde tanto a su cercanía geográfica como a la reputación de calidad del acero austriaco.
Las instalaciones de BYD en Hungría estarán listas a finales de 2025, y serán la base para fabricar vehículos “en Europa, para Europa”. Además de esta planta, BYD establecerá su sede europea y un centro de I+D en Budapest, reforzando su compromiso a largo plazo con el mercado europeo.
En palabras de Stella Li, vicepresidenta ejecutiva de BYD, el acuerdo “demuestra que hemos venido a Europa para quedarnos” y que el objetivo es ser percibidos como un fabricante europeo en los próximos cinco años. Para BYD, cada proveedor local suma un nuevo paso en esa dirección.

Por su parte, Herbert Eibensteiner, director general de Voestalpine, destacó el valor de su acero de alta calidad en la industria del automóvil y su potencial para una colaboración duradera con BYD, centrada en la innovación y la descarbonización del transporte.
Además, BYD ha revelado que Austria será el primer mercado europeo donde se pondrá en marcha su tecnología V2H (Vehicle to Home), que permitirá a los usuarios devolver energía desde el coche eléctrico al hogar. El proyecto se desarrollará con un socio local, aprovechando la elevada penetración de energía solar en los hogares austriacos, y que será seguida a principios de 2026 con la llegada de los "Hipercargadores" de BYD a Europa, con sus 1.000 kW de potencia y capacidad para cargar 400 km de autonomía en 5 minutos.
BYD quiere acelerar una implantación europea que ya le ha llevado a contar con una cuota del 15% en el segmento de los coches eléctricos. Un paso que busca convertir a la marca china en una de las protagonistas clave de la nueva movilidad eléctrica europea, y donde su nueva fábrica jugará un papel clave al acercar la producción a los centros de venta, eliminando costes arancelarios, logísticos, reduciendo la huella ambiental respecto al transporte desde China, y creando puestos de trabajo en nuestro mercado. No menos importante, elevado el nivel de competencia entre sus rivales, que tendrán que moverse rápido si no quieren verse aplastados por el gigante asiático.
Ahora queda por ver si esta producción local se traduce de, además de más volumen y mejores plazos de entrega, en precios más competitivos en Europa. Algo para lo que no tendremos que esperar mucho para conocer.