
Recorre más de 800 km con un SEAT Mii eléctrico para demostrar que se puede viajar con un coche eléctrico pequeño
Un periodista francés se propuso cruzar Francia de punta a punta con un coche eléctrico urbano. Tras más de 1.600 km, demostró que, con buena planificación y algo de paciencia, hasta el más modesto de los eléctricos puede salir de la ciudad y aventurarse por las carreteras.

Viajar con un coche eléctrico urbano y una batería de apenas 32 kWh no suena a plan ideal para cruzar Francia, pero Pierre Desjardins, periodista de Automobile-propre, decidió comprobar hasta dónde podía llegar. Desde Estrasburgo hasta Rennes, más de 800 km de recorrido (y vuelta). Su objetivo era demostrar que, incluso con un modelo modesto, la movilidad eléctrica puede adaptarse a cualquier tipo de viaje… si se está dispuesto a tomárselo con calma.
El protagonista de esta aventura fue un Seat Mii Electric. Un modelo de apenas 3.55 meteros de largo dotado de un motor de 83 CV y una batería de 32,3 kWh útiles, que le ofrecen una autonomía homologada de unos 250 km WLTP. Ingredientes perfectos para movernos por la ciudad y en pequeños desplazamientos, pero que no son precisamente las del coche ideal para largas distancias. Pero para Desjardins, que usa el coche principalmente en ciudad y alrededores, era “el vehículo que cubre el 95% de mis necesidades”.
Su idea inicial era alquilar un modelo con más autonomía para las vacaciones, pero los 846 euros del presupuesto le hicieron cambiar de opinión. Así que, cargador en mano, planificó una ruta desde Alsacia hasta Bretaña con cuatro paradas de recarga rápida: Nancy, Troyes, Orléans y Le Mans. En total, 822 km y algo más de 11 horas de conducción efectiva, aunque con las pausas necesarias el viaje superó fácilmente las 15 horas.

Durante la ida, el viaje fue una experiencia casi nostálgica. Evitó los peajes, planificó cuidadosamente las recargas entre el 20% y el 80% de la batería y disfrutó de un recorrido mayoritariamente nocturno. Solo cometió un error: conectar el coche a una estación ultrarrápida de 300 kW, mucho más cara de lo necesario. Resultado: 30,80 euros por una carga que habría costado en otra estación menos de la mitad.
El regreso: cuando el calor no perdona

El viaje de vuelta, bajo el sol del verano, fue otra historia. Las primeras paradas fueron tranquilas, pero en la tercera recarga, cerca de Troyes, la batería comenzó a sobrecalentarse. Este modelo de SEAT no tiene refrigeración líquida, lo que se traduce en una caída drástica de la potencia de carga.
Mientras que una sesión anterior había tardado 63 minutos en recuperar 20,5 kWh, esta vez necesitó 83 minutos para apenas 21 kWh. Y la última carga del día, a pesar de las temperaturas más bajas, se quedó limitada a 20 kW. Desesperado, el periodista decidió reducir la velocidad y exprimir cada kWh hasta llegar a casa con la batería al 3%.
Una conclusión con sabor a realismo
La experiencia demuestra que recorrer largas distancias con un coche eléctrico pequeño no es imposible, pero sí requiere paciencia, planificación y grandes dosis de paciencia. Principalmente si las vas a hacer en verano y en zonas calurosas.
En condiciones ideales —temperaturas moderadas, estaciones disponibles y buena gestión— el viaje habría sido más fluido. Aun así, el conductor reconoce que su Seat Mii, pese a su sencillez, ha demostrado ser más versátil de lo que muchos pensarían, aunque para viajar, mejor un coche que sea más adecuado para esta labor, ya sea con más autonomía y con mejor sistema de carga rápida.
Fuente | Automobile-propre