La 'neutralidad tecnológica' puede hundir a la industria del automóvil en Europa: este es el verdadero riesgo

Países como Alemania defienden la 'neutralidad tecnológica' como el camino a seguir para que la industria europea prospere. Sin embargo, este enfoque conlleva muchos riesgos a corto, medio y largo plazo.

La 'neutralidad tecnológica' puede hundir a la industria del automóvil en Europa: este es el verdadero riesgo
BMW es una de las grandes defensoras de la 'neutralidad tecnológica'.

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Publicado: 10/12/2025 12:43

La Unión Europea muy pronto presentará su nuevo paquete de medidas para el sector automotriz. Todo apunta a que una de ellas será el aplazamiento de la prohibición de vender automóviles con motor de combustión interna en el mercado comunitario, que se pospondrá de 2035 a 2040. Un movimiento que responde principalmente a las presiones de Alemania.

"Estoy presionando a la Comisión Europea para que levante esta prohibición de los motores de combustión", admitía recientemente Friedrich Merz, canciller de Alemania. Este enfoque busca defender la llamada 'neutralidad tecnológica', que aboga por reducir emisiones sin limitarse a una única solución. En la práctica, nyumerosos expertos coinciden en que la electrificación es la única forma eficaz de conseguirlo.

Fabricantes como BMW también apoyan esta filosofía. "Suponer que el mercado seguirá teniendo el mismo tamaño después de 2035 y que la reducción de dióxido de carbono sólo se puede lograr mediante vehículos totalmente eléctricos es simplemente erróneo. Por lo tanto, una prohibición general de los vehículos con motores de combustión a partir de 2035 es un peligroso callejón sin salida", afirmaba hace escasos días Oliver Zipse, CEO de la firma bávara.

Transport & Environment por su parte afirma que el objetivo de electrificación en 2035 determinará la competitividad del viejo continente frente a China y Estados Unidos. La organización defiende que, en un panorama en el que prácticamente todo el mundo sabe que los coches eléctricos a batería son el futuro, la 'neutralidad tecnológica' es una estrategia cortoplacista cuyas consecuencias podrían ser letales para la industria europea.

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Lucien Mathieu, director del programa de vehículos en Transport & Environment, explica que los problemas a los que se enfrenta la industria europea no se deben al objetivo de 2035, sino a la disminución de las ventas y al aumento de generalizado de los precios: desde 2019 se han vendido 3 millones de coches menos; además, el precio medio de los vehículos nuevos aumentó un 40% entre 2018 y 2024, pasando de 22.000 a 30.700 euros. Muchos fabricantes obtuvieron beneficios récord en dicho periodo, pero ahora están pagando las consecuencias.

Mathieu señala que hay tres razones por las que la neutralidad tecnológica es un error. Para empezar, unos objetivos claros permiten guiar las inversiones; por lo tanto, posponer la fecha de la prohibición pondría en riesgo miles de millones de euros ya destinados a baterías, redes de carga, etc. Por otro lado, la neutralidad tecnológica es contraria a la asequibilidad. ¿Por qué?

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Los combustibles sintéticos y los biocombustibles son muy costosos, en el primer caso por lo complejo de su síntesis (se crean a partir de hidrógeno y dióxido de carbono recapturado, lo que termina llevando a que su precio ronde los 6-8 euros el litro; además, a esto habría que sumar su baja eficiencia energética) y en el segundo por su limitada disponibilidad.

Los híbridos enchufables, otra de las tecnologías alternativas defendidas para alcanzar la neutralidad de emisiones, son vehículos muy complejos y más caros que un eléctrico puro, que es mucho más sencillo. El precio medio de los PHEV ronda los 55.000 euros y su mantenimiento es más elevado. La tercera y última razón es que el mundo está avanzando con paso decidido hacia la electromovilidad, que crece con rapidez en mercados como China, Tailandia o Vietnam, pero también en algunas regiones de Europa.

Fuente | Transport & Environment

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