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¿Cuándo debo reparar las llantas de mi coche?

Por muy cuidadosos que seamos a la hora de conducir, con el tiempo las llantas acaban sufriendo daños y desperfectos. Una ralladura puede no ser un problema, pero una fisura o una rotura en la llanta puede hacernos dudar entre adquirir una nueva o repararla en un taller.

Las llantas son uno de los elementos clave de la seguridad del vehículo. Su función principal es asentar los neumáticos y soportar el peso del vehículo cuando está detenido restando carga a los neumáticos. Aportan estabilidad a la trayectoria y amortigua las imperfecciones e irregularidades del asfalto. Además disipan el calor generado por las pastillas de freno canalizando el aire con lo que aumenta su eficacia.

Por su ubicación están más expuestos a las inclemencias meteorológicas, el paso del tiempo, los golpes y el estado de la carretera. Sin embargo, la mayoría de los desperfectos son debidos a los roces con los bordillos de las aceras al aparcar.

¿Cuál es la vida útil de una llanta?

Roturase, fisuras y rascazos en el radio o el perfil son los daños que puede sufrir una llanta a lo largo del tiempo

El tiempo de vida de una llanta no es fácil de determinar. No hay una cantidad máxima de kilómetros ni años de uso determinados para su reemplazo, depende del tipo de vehículo, las condiciones de las carreteras por las que circule habitualmente, las condiciones climatológicas y el mantenimiento que hagamos. Es muy posible que una llanta dure lo mismo que nos dure el vehículo.

Sin embargo, es recomendable hacer una inspección exhaustiva en un taller especializado a partir de los 10 años desde su fabricación para comprobar su estado y alargar su vida útil.

¿Cuánto cuesta reparar una llanta de coche?

Los desperfectos mínimos como arañazos suponen el 90% de los casos y se pueden arreglar con una capa de pintura. Cuando es un desperfecto mayor, se debe limpiar la superficie, lijarla y cubrirla. El precio de este tipo de reparaciones en los que no se requiere desmontar la rueda tiene un precio entre los 50 y los 70 euros.

Si el daño en la llanta compromete la estructura presentando dobleces, fisuras o daños profundos, es mejor recurrir al taller para reparar o cambiar directamente la llanta.

Dependiendo del material con el que se ha fabricado la llanta la reparación puede ser más o menos costosa y su arreglo más o menos complicado.

  • Llantas de acero: Las llantas más robustas y económicas, que antes eran las más comunes pero que han sido sustituidas por las de aluminio. Si se doblan pueden ser reparadas pero son muy susceptibles al óxido, lo que se evita con el uso de los tapacubos. Su reparación es la más económica y se sitúa entre los 60 y los 100 euros.
  • Llantas de aluminio: Actualmente son las más comunes. Su composición evita que sufran corrosión como las de acero, pero es más blando a rasguños y golpes y su aspecto se puede ver deteriorado por el uso de sal en las carreteras. El precio de su reparación se sitúa entre los 140 y los 500 euros.
  • Llantas de aleación: Son unas llantas de mayor calidad. Su composición a partir de una aleación de aluminio o magnesio le otorgan una mayor resistencia y una mejor estética. El coste de su reparación es similar a las de aluminio, pero una doblez es difícil de reparar.
  • Llantas cromadas: Las brillantes llantas de los deportivos requieren arenado y repintado para su reparación, que es un proceso costoso y a menudo en vez de la reparación compensa comprar unas nuevas. El precio está entre los 500 y los 1000 euros.
En un taller especializado podemos recuperar una llanta doblada

Consejos y cuidados de las llantas del coche

Los consejos para cuidar las llantas son muy sencillos y seguramente ya lo estemos haciendo. Pero no está de más recordar algunas costumbres que ayudarán a prolongar la vida útil de este importante elemento de seguridad y que nos puede ahorrar dinero y disgustos.

  • Vigilar la presión. Una presión inadecuada hace que las llantas, al igual que los neumáticos se desgasten más rápido. La diferencia de la vida útil entre una llanta con la presión adecuada y otra que no puede llegar al 20%.
  • Tener cuidado con los bordillos. En la maniobra de aparcamiento es muy fácil comerse el bordillo si no estamos atentos. Normalmente no ocurre nada pero con cada roce se debilita la estructura de la rueda y con el tiempo puede provocar rozaduras o lo que es peor, dobleces que hagan que tengamos que reparar la llanta.
  • Limpieza y revisión. En las llantas se puede acumular residuos de los frenos, sal de las carreteras o pequeñas piedras que se quedan incrustadas en lugares donde pueden causar pérdidas de aire con el paso del tiempo. Además debemos vigilar que no aparezcan cortes, fisuras o perforaciones ni un desgaste irregular.
  • Hábitos de conducción. Los acelerones y los frenazos pueden reducir la vida útil de las llantas a la mitad.

Ahora ya conoces algunos hábitos que evitarán problemas graves con las llantas y ganarás en seguridad a largo plazo.

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