Una de las principales preocupaciones a la hora de extender una red de recarga pública de coches eléctricos, es el efecto que tendrá en los dispositivos elementos como los meteorológicos, o los problemas de vandalismo.
Para solucionarlo, diferentes propuestas nos ofrecen recargas sin cables. El principal problema es que suelen significar importantes y costosas obras, para enterrar las bobinas encargadas de enviar la energía hasta el receptor situado en el coche. Además estas bobinas deben tener un tamaño importante, lo que no evita una pérdida por la distancia a recorrer.
Ahora un grupo de investigadores del Instituto de Sistemas Integrados de Tecnología de Dispositivos Fraunhofer, Munich, ha presentado un nuevo sistema que aseguran resuelve varios de los problemas de los puntos de recarga sin cables.
Además de reducir el peligro de vandalismo, este formato frontal no necesita realizar obras de importancia, ya que está situado en superficie. El conductor simplemente tendrá que estacionar su coche con el frontal lo más cerca posible del poste, y ya podrá comenzar la recarga. Este poste está diseñado para moverse ligeramente si el frontal lo empuja, y evitar de esa manera cualquier daño al coche.
Gracias a la menor distancia, y que no hay cemento o asfalto entre emisor y receptor, la bobina puede ser considerablemente más pequeña, 10 centímetros contra los 80 centímetros de los sistemas actuales. Además no hay riesgo de que suciedad o incluso pequeños animales se sitúen la la zona emisora.
El resultado es un sistema de recarga inalámbrica que después de enviar 3 kW, ha logrado una tasa de eficiencia del 95%. Una cifra que lo sitúa a la altura de los sistemas de recarga pos cable, y que abre una nueva vía para el desarrollo de sistemas para recargar las baterías sin necesidad de estar enchufando y desenchufando el coche.
Fuente | Fraunhofer
