El hidrógeno bajo presión. Un estudio dibuja un pesimista horizonte para la tecnología
La consultora Lux Research ha publicado un estudio donde repasa el presente y el futuro de la tecnología del hidrógeno aplicado a la industria del automóvil. Un panorama no demasiado optimista, donde los costes cercenan cualquier posibilidad de éxito comercial.
Según el informe, el coche a hidrógeno necesitará recortar sus costes a la mitad para ser competitivo. Una rebaja de precios que tendrían que extenderse al hidrógeno.
Según Lux Research, los modelos a pila de combustible tendrían que bajar desde los casi 60.000 dólares actuales hasta los 30.000 dólares, y el kilo de H2O desde los estimados 10 dólares, hasta los 3 dólares el kilo. De lo contrario repostar con un coche a hidrógeno en Estados Unidos, será incluso más caro que un coche gasolina.
Pero el gran problema llega de la mano de la infraestructura de repostaje. Según el estudio, se necesitarán entre 1.800 y 8.000 millones de dólares para poner en marcha una red de hidrogeneras. No sabemos si sólo en Estados Unidos, o se refieren a los diferentes mercados. Una inversión más que importante que se suma a los costes que los fabricantes deben afrontar a la hora de fabricar los coches.
En una primera fase los incentivos y los repostajes gratuitos atraerán a una determinada cantidad de usuarios. Pero la pregunta es qué pasará después. A medio y largo plazo el estudio no dibuja un escenario demasiado bueno para una tecnología que arrastrará durante décadas los problemas de precios e infraestructuras.
La inversión de los fabricantes será similar a la que afrontarán empresas como Tesla, Panasonic o la alianza Renault-Nissan. La pregunta es si a medio y largo plazo los costes se reducirán lo suficiente para conseguir ser competitivos, y lograr una economía de escala que permita recuperar la inversión. Un plazo que podría ser demasiado largo, se estima que 2040. Un plazo durante el cual los coches a batería habrán evolucionado mucho más allá de nuestras necesidades de movilidad más exigentes, y sus precios serán más económicos que los modelos con motor de combustión.
Vía | Lux Research