El estado de California es uno de los santuarios del coche eléctrico a nivel mundial. Desde hace décadas sus gobernantes han mirado a esta tecnología como una solución a sus graves problemas de contaminación, promoviendo una serie de ayudas.
Por ejemplo los interesados en la compra de un coche eléctrico tienen una ayuda extra de 2.500 dólares que pueden sumar a los 7.500 del gobierno central. También ha puesto en marcha carriles reservados para modelos de bajas emisiones. Algo muy interesante en un lugar donde los problemas de tráfico alcanzan niveles realmente elevados. Esto ha permitido al estado acumular el 50% de las ventas de este sector en los Estados Unidos.
Pero parece que no es suficiente, y para conseguir alcanzar un millón de coches de bajas emisiones recorriendo sus carreteras para el año 2023, California prepara nuevas medidas para acelerar la adopción de este tipo de coches.
Una de ellas será la reducción a la mitad de los impuestos que deben pagar los compradores de un coche eléctrico, o de hidrógeno, que permitirá a los fabricantes reducir los precios. Gracias a esta medida, un eléctrico pasará de pagar 7.5% a un 3.06% de impuestos. Una cifra que permitirá de media reducir el coste en torno a los 1.500 dólares.
La medida tendrá un coste anual de unos 92 millones de dólares. Una cifra que se financiará gracias al sistema de créditos de emisiones. Un formato que provoca que los fabricantes de coches contaminantes en la práctica, estén financiando aunque no quieran las ventas de coches de bajas emisiones.
¿Y si ponemos esta medida en España? Si duda el impacto en el precio sería mayor debido a la gran diferencia de carga impositiva entre Estados Unidos y Europa. Si dividimos el 21% de IVA que pagamos a este lado del Atlántico, un modelo como el LEAF vería su precio bajar nada menos que 3.140 euros, que se sumarían a los 6.500 euros de ayuda pública.
Una ecuación que acercaría los precios de los coches eléctricos a unas cuotas realmente competitivas.
Vía | Cleantechnica
