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El grafeno corre el riesgo de convertirse en la eterna promesa que no llega a concretarse

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Ser el futuro de una tecnología es algo que te da mucho bombo y publicidad. Pero el riesgo es que esa proyección no logre concretarse en productos reales y competitivos. Algo que según un estudio de la consultora Lux Research, podría sucederle al grafeno.

En el sector del coche eléctrico desde hace años hemos visto noticias que nos hablaban de revolucionarias baterías, donde el grafeno lograría multiplicar las prestaciones de las mismas. Capacidades milagrosas, recargas ultra rápidas…grandes promesas que de momento no se han cumplido.

Uno de los problemas que Lux Research ha detectado sobre el grafeno, es que vive un momento de expansión muy importante, pasando de una producción de 120 toneladas en 2012 a las 910 actuales. Un crecimiento fuerte pero que choca con una demanda comercial muy limitada.

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Esta capacidad seguirá creciendo en los próximos años gracias a la inyección de miles de millones de euros procedentes de empresas y diferentes gobiernos, que llevará la producción a un nivel por encima de la demanda. La temida sobreproducción que ya está provocando que algunos fabricantes chinos estén lanzando ofertas por debajo del precio de mercado para tratar de incentivar las ventas.

El principal problema del grafeno es su rendimiento bajo aplicaciones comerciales concretas, más allá de experimentos y pruebas demostrativas. el gran reto es lograr mantener el rendimiento de las soluciones de grafeno a largo plazo. Algo que todavía no se ha solucionado, y que de momento cierra las puertas a aplicaciones comerciales masivas.[blocktext align=»center»]supercondensadores-grafenoUn equipo coreano desarrolla una batería con grafeno, más ligera, compacta y con mayor vida útil [/blocktext]

Otro problema es que el «material milagroso» deberá justificar su mayor precio frente a otras opciones menos revolucionarias, pero mucho más económicas. Un ejemplo lo encontramos en los materiales que permitirán disparar el uso de supercondensadores. Según Lux Research, en estos acumuladores el grafeno se quedará atrás respecto a otros materiales activos que si lograrán una aplicación comercial viable, y económica.

Esta situación nos recuerda a la vivida por la pila de combustible de hidrógeno. Una tecnología revolucionaria hace cinco años, que frenó su despliegue comercial por los elevadísimos costes de producción. Ahora los diferentes fabricantes preparan el lanzamiento de sus propuestas, justo en el momento en el que el coche eléctrico a batería ha conseguido comenzar a lograr un nivel de producción importante que le permitirá acelerar su evolución, y bajar más sus precios.

Fuente | Lux Research

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