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El coche eléctrico será una fuente de puestos de trabajo en Francia. Más de 70.000 nuevos empleos para 2030

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Con la Cumbre del Clima de París recorriendo sus primeras horas, ha salido a la luz un informe donde se pone sobre la mesa que el coche eléctrico además de una gran oportunidad para lograr reducir de forma importante las cifras de emisiones contaminantes, es también una fuente potencial de creación de empleos.

Este informe ha sido redactado por empresas de la talla de  Renault, ABB, Eurobat, FEDER y Air Liquide. En este se estima que el coche eléctrico será capaz de crear para 2030 entre 66.000 a 71.000 empleos.

Unos puestos distribuidos entre los fabricantes, pero también en el sector de la instalación y mantenimiento de las infraestructuras de recarga, las empresas de diseño de aplicaciones para la gestión de vehículos y puntos de recarga, además de unas energías renovables que se beneficiarán de forma intensa de la llegada del coche eléctrico y sus recargas nocturnas.

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Además del impacto directo de la creación de empleos, el informe indica que el modelo actual supone una sangría económica para los estados. A pesar del fuerte gravamen de impuestos, de cada 100 euros que se gastan en repostar un depósito, 33 euros se marchan para siempre hacía los países productores.

Si el parque móvil de Francia llegase al 45% de eléctricos para 2030, esto supondría un ahorro de unos 5.900 millones de euros cada año. A esto habría que añadir una bajada del 72% de las emisiones contaminantes para esa misma fecha, lo que provocaría un ahorro anual de 5.100 millones de euros en gastos sanitarios provocados por problemas respiratorios causados por la contaminación. Entre los dos, 11.000 millones de euros cada año.

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Otro factor más a tener en cuenta, y tal vez el más importante para muchos, es que ese dinero ahorrado irá principalmente directo al bolsillo del consumidor. Por un lado el menor gasto sanitario aliviará los presupuestos del estado, pero sobre todo lo hará un coste mucho menor de moverse con un coche eléctrico.[blocktext align=»left»]Electric_car_charging_Amsterdam-800x575Holanda y la economía del coche eléctrico en 2020 [/blocktext]

Según el estudio, para 2030 un conductor medio pasará de gastar unos 1.191 euros al año en diésel o gasolina, a unos 590 euros al año con un coche eléctrico. Un ahorro directo que servirá para mejorar el consumo interno, o para toda clase de inversiones. Pero un dinero que no se marchará a los países productores.

Pero para lograrlo, habrá que invertir dinero. Un dinero que tendrá en las redes de recarga y en las de distribución de electricidad uno de sus principales destinos. Según Renault, los costes anuales de las redes de recarga en 2030 será de unos 150 millones de euros en caso de carga normal y 10 millones de euros para la recarga inteligente. Unas inversiones que tendrán un beneficio estimado de 240 millones de euros para 2030.

En conclusión, que la apuesta por el coche eléctrico no es sólo una alternativa romántica para salvar al planeta del desastre ecológico, es también una herramienta perfecta para reducir la tremenda dependencia energética de países como España, tan dependientes de estados que cada vez cuentan con menos estabilidad política interna. Algo que tendrá repercusión antes o después en nuestros bolsillos.

Fuente | Renault

 

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