La nueva fábrica de Tesla, un ejemplo de eficiencia
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Publicado: 16/04/2012 03:00
Muchos se preguntan si Tesla podría seguir los pasos de la empresa especializada en la fabricación de paneles solares Solyndra, que hace unos meses ha protagonizado una tremenda quiebra llevándose con ella más de 400 millones de euros en préstamos de la administración norteamericana.
Pero una visita a la fábrica de Tesla en California nos puede dar una idea de que estamos hablando de una empresa dirigida por manos que saben exactamente lo que hay que hacer para convertir a un fabricante de coches en una compañía además de querida por sus clientes, también en un fabricante económicamente viable.
La clave por la que los expertos tienen grandes expectativas en Tesla es la excelente gestión llevada hasta el momento por los responsables del joven fabricante de coches eléctricos, una gestión que tiene en la nueva fábrica una muestra de como se deben hacer las cosas.
Adquirida a General Motors y Toyota por una pequeña parte de su valor, después de la quiebra del fabricante norteamericano, Tesla ha ido reconstruyendo la factoría aprovechando maquinaria adquirida a muy buen precio de otras fábricas de coches que estaban sufriendo la crisis económica, y amueblando las oficinas con muebles de Ikea, en lugar de crear suntuosos y lujosos espacios a los que estaban acostumbrados los grandes fabricantes.
Se trata de una planta extremadamente flexible de la que en estos momentos Tesla apenas usa el 20% del espacio disponible, y donde además de la linea de montaje, dispone de una pequeña pista de pruebas, algo que no podrían hacer los fabricantes de coches por una cuestión de emisiones, una flexibilidad que le permitirá aumentar de forma ágil la producción en caso de que la demanda lo exija.
De esta planta comenzará a salir las primeras unidades de la berlina eléctrica Tesla Model S, que llegará a sus primeros propietarios antes de este mismo verano, mientras que un segundo modelo, el Model X, lo hará a lo largo de próximo 2013.
Otro de los ejemplos de la obsesión de los responsables del fabricante californiano por la optimización de recursos, es que lasa zonas no utilizadas, denominadas «Dark Side» permanecen a oscuras, y se iluminan de forma automática solamente cuando detectan la presencia de una persona. También llama la atención de los visitantes los elevadores de los coches, que en lugar de la clásica plataforma metálica, está formado por paneles de bambú, algo que según Tesla, solamente tiene una explicación visual.
Lo que todos los expertos están de acuerdo es que Tesla está tomando las decisiones correctas para una compañía de este tamaño, y eso no devuelve al ejemplo del fabricante de paneles solares Solyndra, que en lugar de aprovechar un espacio ya construido, decidió levantar sus propias y flamantes instalaciones gastándose nada menos que 560 millones de euros en las mismas, un dinero que podría haber evitado su prematura bancarrota.
Ahora parte del equipamiento de Solyndra ha sido adquirido por Tesla por una pequeña parte de su valor, al mismo tiempo que muchos de los mejores ingenieros del fabricante de paneles solares han encontrado trabajo en Tesla, un fabricante de coches eléctricos que pretende revolucionar el mundo de la automoción y a la vista de la forma de emprender el camino, parece que lo lograrán.
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