La crisis de Ormuz, un nuevo ejemplo de nuestra absurda y peligrosa dependencia energética

Estos días las noticias de la crisis económica en la zona euro, comparten protagonismo en los informativos con la crisis desatada en hasta el momento anónimo estrecho de Ormuz. Una crisis donde Irán ha amenazado con el corte de un corredor de entre 60 y 100 kilómetros de anchura por donde transita el 40% del petróleo que se consume en el mundo y que nos deben hacer reflexionar sobre el actual modelo energético que hemos dejado en manos de unas pocas empresas petroleras y al azar de las cuestiones geopolíticas.

Estas operaciones del ejército de Irán tendrán su consecuencia para nuestro país, ya que el régimen de los ayatolah es el tercer exportador de crudo a España, después de Libia y Rusia, que además recordamos no son estados donde la democracia y el respeto por los derechos humanos brillan por su ausencia.

Y es que cuando hablamos de coches eléctricos, lo primero que ronda nuestra cabeza y que también es el principal motivo de discusión, son los elevados precios de adquisición, además de sus limitaciones tecnológicas, pero ¿cual sería el impacto en nuestra economía sin la dependencia energética actual?

Se trata de un escenario que nadie se ha atrevido a pronosticar ya que el petróleo mueve unos intereses mucho mayores de lo que pensamos, y como ejemplo podemos ver que entre noviembre de 2009 y noviembre de 2010, las importaciones de petróleo en España ascendieron a 51,90 millones de toneladas, que supone un déficit energético que algunas fuentes cifran en torno a los 46.000 millones de euros cada año, suficientes para cubrir el presupuesto del ministerio de sanidad o el de educación nada menos que 17 veces.

Casi 50.000 millones de euros que se fugan cada año de nuestro sistema hacia los países productores, que ven aumentar su nivel de riqueza cada día, mientras que en Europa, sobre todo los denominados PIIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España) curiosamente los más expuestos a la dependencia energética, ven que la falta de liquidez ahoga el crecimiento y los pone al borde de la quiebra.

Pero la reducción de las importaciones solamente es la punta del iceberg para nuestra economía, ya que la producción energética interna supondría una explosión en la generación de empleo, ya que alimentar a un parque móvil de coches eléctricos supondría incrementar de forma dramática la producción eléctrica, un cambio que supondría la creación cientos de miles de empleos, necesarios para la actualización de la red eléctrica y su mantenimiento.

Por lo tanto, con estos datos sobre la mesa debemos pensar de nuevo ¿son los coches eléctricos caros?

Fuentes:
Objetivo 2011: reducir las importaciones de petróleo
Cómo el petróleo arruina a España y los PIIGS