Un poco de historia: Mercedes OE 302

El motor encargado de la tracción era un motor eléctrico con 115 kW (156 CV) de potencia nominal y 150 kW (205 CV) de máxima, suficiente para una circulación urbana donde el conductor podía realizar una conducción relajada gracias a la ausencia de embrague.

La energía procedía de cinco packs de 189 celdas de plomo con una capacidad total de 91 kWh (y un peso de nada menos que 3,5 toneladas) que le proporcionaban una autonomía máxima de 55 kilómetros, una cifra que podía variar gracias al uso del freno regenerativo. Era capaz de alcanzar una velocidad máxima de 70 km/h, y para los recorridos fuera de las ciudades disponía de un motor diésel de 38 kW (65 CV) instalado de forma transversal en la parte trasera y funcionando a un régimen óptimo a una velocidad constante, lo que mejoraba su eficiencia.

A diferencia de otros prototipos, el OE 302 llegó a convertirse en un modelo de producción y en total de las instalaciones de Daimler después de once años llegaron a salir un total de 32.000 unidades una cifra realmente sorprendente para un modelo adelantado a sus tiempos. No contentos con el éxito logrado por este, a los pocos años Mercedes lanzó el  OE 305, un modelo con una autonomía que crecía hasta los 75 kilómetros y dotado de un motor diésel más potente.Finalmente Daimler con la crisis del petróleo superada y los precios de los carburantes de nuevo contenidos, dejó paso a los modelos diésel que han reinado hasta nuestros días en las calles de toda Europa, y donde parece que vuelven a sonar vientos de cambio.

Fuente | Daimler