Top Gear prueba el Fisker Karma

No hay lugar a dudas que cuando Top Gear prueba un coche, el fabricante cruza los dedos para que este les guste a los presentadores, ya que su influencia es tremenda gracias a los cerca de 500 millones de espectadores que cada programa tiene en todo el mundo. Una opinión puede elevar o defenestrar las aspiraciones de un nuevo modelo si este no cumple con las expectativas del redactor de turno. Ahora le ha llegado el turno al Fisker Karma, que ha caído en las manos de James May, que será el encargado de analizar este modelo eléctrico durante el cuarto programa de la 18ª temporada.

Sin duda que esta prueba supone un antes y un después para Fisker, que no está pasando su mejor momento, y una buena impresión podría ayudarle a salir de sus problemas, pero un mal análisis, podría terminar de hundirles. Por suerte para Fisker, el encargado de realizar este reportaje no ha sido Jeremy Clarkson, por lo que tiene algunas posibilidades.

El comienzo es excelente para el Karma, ya que analizando su aspecto May asegura que es fabuloso, y según explica a los espectadores, eso se debe a que Fisker no ha sido fundada por un ingeniero, si no que ha sido un diseñador, Henrik Fisker, autos de modelos tan conocidos como el Aston Martin V8 y el BMW Z8, buenas referencias.

Después de la introducción, nos explica el funcionamiento del coche, aplicando una autonomía de 80 kilómetros en modo eléctrico, lo que dice no parece mucho, pero que cuenta con un motor de combustión que no está conectado ala tracción, al contrario que en el Prius, que sirve como generador y que puede ser conectado en cualquier momento simplemente pulsando un botón, una sencilla y clara presentación para todos los públicos y que culmina con la frase, «Es el coche politicamente más correcto del mundo«

Sorpende el nivel de conocimiento y las ganas de explicar absolutamente todo el funcionamiento del coche, cuando lo normal en Top Gear sería estar haciendo chistes del coche, pero se nota que a May le gusta este modelo e incluso se para a explicar que el panel solar situado en el techo, sirve para alimentar los sistemas auxiliares, para de esa manera ahorrar energía a las baterías.

Incluso va más allá y se detiene a explicar como y con que está fabricado el Karma, un modelo especialmente respetuoso con el medio y donde la pintura metalizada ha sido sustituida por diminutas piezas de plástico recicladas, o que la madera que encontramos en el interior, solamente se obtiene de arboles que proceden de zonas que han sido devastadas por un incendio.

Sobre la conducción, May asegura que le gusta su comportamiento, a pesar de que muchas veces se le ha comparado con superdeportivos, el Fisker es un GT, una berlina dinámica donde dice encontrarse extremadamente cómodo y que las reacciones del coche son ágiles, a pesar de las dos toneladas y media de peso.

Después del análisis, más serio y riguroso de lo que esperábamos, llega el momento de la diversión, y en su trayecto, May se detiene para visitar a un viejo amigo, Brian Johnson, el cantante de AD/DC, para que conozca el coche. La primera impresión de Johnson es que el Fisker es uno de los primeros coches que se parecen a los prototipos en los que se basan, y destaca su enorme belleza.

A la pregunta de si quiere probarlo, la respuesta es obvia, si, pero a cambio May tendrá que probar el coche de Johnson, un modelo que representa la antítesis del Karma, un Bentley Le Mans de 1928, al que incluso se atreven a enfrentar en una drag race, con un resultado previsible.

En definitiva, el Fisker Karma no solamente ha salido indemne de una prueba de Top Gear, si no que incluso ha recibido una inmejorable crítica por parte de este programa, acostumbrado a sacar a relucir cada pequeño defecto de cada modelo que prueban, a no ser que se fabrique en Inglaterra, algo que no se la sucedido al Karma, que de paso ha recibido una enorme publicidad gratuita.

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