Los coches eléctricos, una ruina para los talleres

Una de las principales características que diferencian a los coches eléctricos de los dotados de un motor de combustión, es su menor dependencia de los talleres, fruto de una mecánica infinitamente más sencilla que supondrá un gasto en recambios casi nula.

Esto supondrá con el paso de los años un tremendo cambio que afectará de forma muy directa a los talleres independientes, que viven en gran parte de la venta de elementos como correas de distribución, filtros del aceite y otros recambios que no están presentes en los coches eléctricos. Según el propietario de un conocido taller de Nueva York, esto supondrá irremediablemente la ruina de un sector que vive de la complejidad de los actuales motores de combustión.

Pero serán las pastillas de freno las que supondrán el mayor golpe a este tipo de negocio, y según este propietario, la sustitución de este elemento supone cerca del 40% de los ingresos, unos ingresos que caerán por culpa de los coches eléctricos y los híbridos donde el freno regenerativo se ocupa de gran parte del trabajo de frenado, y los cambios de pastillas pueden pasar de los actuales 24.000 kilómetros de media de los coches con motor de explosión, a los 72.000 de los eléctricos.

Según los mecánicos, si todos se cambian a los coches eléctricos será una catástrofe, y los ingresos caerán de forma brutal, ya que un vehículo de estas características, como el Nissan Leaf, apenas necesita un cambio de filtros del aire cada 50.000 kilómetros, y cambio de neumáticos, el resto de operaciones habituales en un coche convencional pasarán a la historia.

Como vemos, todo tiene su lado bueno y su lado negativo, aunque para consuelo de los talleres, todavía quedan muchos años antes de que los eléctricos sean mayoría en nuestras carreteras, por lo que de momento puedes seguir con su centenario negocio.

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Fuente | Greencarreports