Mañana Toyota presentará en Ginebra uno de sus últimos prototipos, el i-Road, un modelo eléctrico que lleva el concepto urbano hasta el extremo gracias a un cuerpo que mezcla en una misma pieza las características de un coche, con las de una moto y todo con la propulsión eléctrica como único combustible.
Como podemos ver el i-Road se diferencia bastante del Renault Twizy, ya que además de una estructura cerrada, esta cuenta con la capacidad de tumbarse en las curvas para ganar agilidad, y todo con única plaza, un concepto muy original e interesante, pero que al mismo tiempo carece de cualquier posibilidad de llegar a producción, por lo menos con esta configuración.
Sin duda la capacidad de tumbarse en las curvas es su seña de identidad un sistema que incorpora un motor y un engranaje de inclinación montados sobre la suspensión anterior, conectados mediante una horquilla a las dos ruedas delanteras. El ordenador calcula la inclinación necesaria en función del ángulo de la dirección, el sensor de giroscopio y la velocidad del vehículo y entonces el propio sistema realiza el movimiento de las ruedas para lograr el equilibrio perfecto, aplicando un ángulo de inclinación para contrarrestar la fuerza centrífuga del viraje.
Con un ángulo de giro mínimo de solo 3,0 metros, el sistema también entra en funcionamiento cuando el PMV de Toyota PMV se desplaza en línea recta por una superficie poco uniforme, de forma que el sistema de inclinación compensa automáticamente los cambios de la superficie de la vía para mantener el nivel de la carrocería.
Pero además de su capacidad de inclinación otra de las señas de identidad de este modelo son los apenas 850mm de ancho que tiene, que le proporciona una gran maniobrabilidad en la ciudad similar a la de cualquier vehículo de dos ruedas a lo que podemos sumar un tamaño de apenas 2.35 metros de largo, que nos permite estacionar cuatro de estos en el espacio que ocupa un único coche.
La propulsión es totalmente eléctrica gracias a dos motores de 2 kW cada uno y que están alojados en las ruedas delanteras, conectados a una batería de litio que le proporciona una autonomía de apenas 50 kilómetros con cada carga, una batería que podremos recargar por completo mediante un enchufe convencional en tres horas.
Toyota presentará dos acabados, uno con cabina cerrada, y otra con cabina abierta, aunque mucho nos tememos que al igual que otros muchos conceptos del fabricante japonés se quedará en una herramienta publicitaria que tal vez nunca veremos en la calle por su complejo planteamiento, aunque si podamos ver alguna variante más sencilla y eficaz.
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Fuente | Toyota
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