Fisker necesita un comprador antes de marzo

Hace ya seis meses que Fisker no fabrica un coche, una situación propiciada por la bancarrota de su suministrador de baterías A123 y que ha provocado que la flujo de efectivo en la caja de Fisker haya caído de forma dramática, y ponga en peligro los proyectos futuros.

Para evitar el cierre, los responsables de Fisker se encuentran en estos momentos en China buscando un socio que les ayude a continuar su camino y poner en marcha el Atlantic, un modelo de menor coste que supone una tabla de salvación para el fabricante norteamericano, pero para lo que necesita una fuerte inyección de capital, una inversión que además tendrá que llegar lo antes posible.

Sin duda Fisker ha sido el principal perjudicado por la guerra política entre republicanos y demócratas sobre las ayudas a las compañías que han nacido al amparo de los préstamos blandos del departamento de energía norteamericano, unos préstamos que para Fisker supondrían la puesta en marcha en 2015 de su nuevo modelo, pero que ahora pone en peligro toda la operación.

Según los rumores, Fisker está buscando un socio económico que ponga sobre la mesa una fuerte cantidad de dinero, y ha valorado su sistema eléctrico en torno a los 740 millones de euros, una cifra que le permitiría seguir en marcha y lanzar nuevos modelos al mercado pero que de nuevo pondría en el punto de mira a una empresa norteamericana que pasa a manos chinas después de recibir ayudas públicas, lo que no será de ayuda a otras iniciativas.

Pero al mismo tiempo se trata de una cifra por la cual un fabricante podría dar el salto a la movilidad eléctrica sin un gran esfuerzo económico, y de esa manera ahorrarse unos cuantos años de investigación y desarrollo desembarcando de forma directa en el mercado.

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Fuente | Greencarreports