El pasado mes de septiembre hablábamos sobre la masificación de coches eléctricos que estaba empezando a sufrir Oslo, la capital noruega. Un problema que cada mes que pasa va a más ya que uno de los principales mercados mundiales de este tipo de vehículos, que además concentra la mayor parte de las matriculaciones en la propia Oslo.
Un ejemplo de este problema lo expone Hilde Charlotte Blomberg. Esta estudiante de la Universidad de Oslo conduce habitualmente un Citroën C-Zero desde su vivienda a las afueras de la capital. Uno de estos días al llegar al aparcamiento donde habitualmente estaciones y recarga su batería, se ha encontrado con que todos los espacios estaban ocupados, y la autonomía no era suficiente para el regreso.
Pero este es sólo uno de los ejemplos de los muchos privilegios que disfrutan los coches eléctricos. El más importante tal vez sea la posibilidad de circular por el carril bus. Más de 10.000 coches eléctricos se han vendido en Noruega desde 2012, como hemos dicho, la mayor parte en Oslo. Esto ha supuesto una invasión de este espacio hasta ahora reservado sólo para el transporte público.
El pasado 3 de diciembre el ayuntamiento ha realizado una medición para conocer el alcance de esta situación. El resultado no puede ser más llamativo y es que los autobuses apenas han ocupado el 7.5% del tráfico en este carril. Por su parte los coches eléctricos han sido el 75%. La cuestión es que estos carriles tienen un límite máximo de 1.000 vehículos cada hora, y cada mes se venden cientos de coches eléctricos en Oslo.
Pero la cosa puede ir a peor. En 2014 a los populares Nissan LEAF, Tesla Model S y los trillizos (Mitsubishi i-Miev y compañía) se unirán modelos tan atractivos como el Volkswagen e-Up, el BMW i3 y el Volkswagen e-Golf…entre otros muchos. Una oferta que masificará todavía más el mercado, y los carriles bus.
Como recordamos, el plan de incentivos para los coches eléctricos llega hasta el 2017, tres largos años donde si nada lo impide la masificación será total, y que obligará al ayuntamiento a tomar por primera vez cartas en el asunto. Y es que mientras que el resto de países se esfuerzan (más o menos) en promocionar el coche eléctrico, Noruega está alcanzando un nivel que dentro de poco le obligará a dejar de hacerlo por riesgo de colapso.
La solución será una bajada paulatina de los privilegios a este tipo de coches. Una situación que nos dará una verdadera muestra del interés de los noruegos en los eléctricos una vez que se terminen privilegios como circular por carriles bus, recargar de forma gratuita…y otras muchas cosas que los convierten en la opción más lógica para el comprador.
Vía | QZ