La pasada semana os contábamos que Tesla y Toyota parecía que no renovarían el acuerdo que les unía para la fabricación del Toyota RAV4 eléctrico. Un modelo de compromiso, destinado a cumplir con la ley de aire de California, cuya producción los rumores ponían punto final al terminar este mismo año.
Pero algo ha cambiado en el fabricante japonés. En las últimas declaraciones, Osamu Nagata, jefe de operaciones e ingeniería de Toyota en Estados Unidos, ha rectificado la decisión. Este asegura que todavía estaban evaluando las posibilidades de colaboraciones futuras, entre las que podría estar la continuidad del proyecto RAV4 EV.
Como recordamos, en 2012 Toyota y Tesla firmaban un acuerdo de tres años, valorado en unos 70 millones de euros, por el cual Tesla se comprometía a fabricar 2.600 sistemas de propulsión y baterías para el RAV4 eléctrico. Un acuerdo que finalizaba el próximo 31 de diciembre.
El problema es que hasta el momento, Toyota apenas había logrado entregar 1.600 unidades del todocamino. Una cifra que no le permitirá alcanzar los objetivos marcado, y que muy posiblemente, le obligará a comprar créditos de emisiones a otros fabricantes.
Según los rumores, detrás de la rectificación y la expresión «proyectos futuros» parece que hay otro motivo. El próximo año Toyota pondrá en el mercado su primer coche a hidrógeno. Un diseño pensado principalmente para el mercado de California, que es donde se concentra casi toda la infraestructura de recarga.
La idea de los japoneses es lograr aprovechar un ley de aire que otorga la máxima puntuación a los modelos impulsados por una pila de combustible. El problema es que las cifras de ventas no hacen más que menguar según se acerca la fecha de lanzamiento.
Los entre 50 y 70 mil euros que costará el primer modelo, junto con una infraestructura de repostaje muy pobre, hará que lanzarse a por un modelo a hidrógeno será una labor de valientes. A esto también ayuda el desconocimiento de detalles clave como el coste del hidrógeno, el mantenimiento de la pila de combustible, así como su duración.
Mientras el cliente averigua esto, Toyota necesita seguir vendiendo modelos eléctricos para no tener que acudir a la compra de créditos de emisiones, y la extensión de la alianza con Tesla, parece la opción más lógica.