California certifica la primera hidrogenera que podrá vender hidrógeno por kilos
2 min. lectura
Publicado: 21/01/2015 12:55
Hasta el momento las pocas estaciones de repostaje de hidrógeno situadas en los Estados Unidos han ofrecido sus servicios mediante tarifas planas. Esto significa que el cliente no tendrá que preocuparse del precio del hidrógeno ya que los fabricantes se hacen cargo de su coste.
Pero es evidente que se trata de una situación con fecha de caducidad. El primer paso lo ha dado la estación de servicio situada en los terrenos de la Universidad Estatal de California (CSULA). Una estación situada en la ciudad de Los Angeles, inaugurada el pasado mes de mayo que ha sido la primera en recibir certificación por parte de las autoridades para vender hidrógeno por kilos.
Una instalación capaz de producir hidrógeno partiendo de fuentes de energía renovables, como la solar o la eólica y que tiene una capacidad de producción diaria de 60 kilos de hidrógeno a 700 bares.
Esto significa que con una media de seis kilos por depósito en los actuales modelos, supone que la producción será suficiente para atender a unos 10 coches cada día, siempre que estos llenen su depósito al máximo. Pero gracias a la venta por kilos, se logrará multiplicar los coches que cada día puedan recibir su dosis de hidrógeno.
Según los responsables de la instalación
Este es un hito en la comercialización de hidrógeno de cara a la próxima generación de coches impulsados por una pila de combustible. Es el equivalente a recibir en su momento las primeras certificaciones para vender gasolina por litros
California, el primer mercado de esta tecnología, invertirá 200 millones de dólares en los próximos cinco años para expandir la infraestructura de repostaje de hidrógeno. Una estrategia del huevo o la gallina que con los coches eléctricos ha quedado demostrado que primero debe ser la infraestructura, y después los vehículos.
Eso si, nos quedamos de nuevo con las ganas de saber el precio del kilo del hidrógeno. Un dato demasiado importante como para dejarlo en un «discreto» segundo plano.
Fuente | CSULA