Cómo acabar con la ansiedad de autonomía
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Publicado: 04/05/2015 09:00
En la búsqueda de una alternativa al motor de combustión los fabricantes están probando muchos tipos de tecnologías diferentes. Por ahora, el vehículo eléctrico de baterías se impone al resto de alternativas, que todavía son muy caras y están muy poco desarrolladas.
En la búsqueda de esa alternativa sostenible, la empresa Nanoflowcell ha apostado por una tecnología innovadora. Esta tecnología se basa en una batería de flujo. Una reacción REDOX tiene lugar en el coche al juntar dos electrolitos líquidos, uno con carga positiva y otro con carga negativa. Como consecuencia de esa reacción se genera electricidad que es utilizada por los motores eléctricos del coche. La empresa con sede en Liechtenstein ya presentó varios prototipos de los que os hablamos aquí como el Quant E, el Quant F o el Quantino.
Esta tecnología no tiene los problemas de autonomía y tiempo de recarga que tiene los coches a baterías. Basta con llenar los tanques de electrolito positivo y negativo para tener una autonomía similar a las de los vehículos diésel o gasolina. Además el líquido no es inflamable, no es tóxico y no se necesitan grandes presiones ni en el proceso ni en el almacenamiento.
La celda de flujo se divide en dos partes por una membrana. El electrolito cargado positivamente fluye a través de un lado y el cargado negativamente a través del otro. El intercambio iónico se lleva a cabo en la membrana, generando una corriente eléctrica. Esta tecnología es buena para generar electricidad de manera constante, pero no para producir los picos de potencia que se puedan demandar en un vehículo. Como solución a este problema se ha decidido instalar un supercondesandor encargado de entregar esos picos de potencia.
Normalmente las baterías de flujo suelen ser cargadas o bien recargando el líquido o bien sustituyéndolo por otro cargado. En este caso el electrolito se va evaporando según se va descargando. De esta manera, cuando tengamos que repostar los tanques estarán listos para ser llenados. El repostaje será tan fácil como usar una bomba con dos salidas, una para cada uno de los electrolitos. Además, los repostajes serán rápidos, terminando así con la ansiedad de autonomía. Nanoflowcell asegura que la red de recarga sería simple y relativamente barata.
Uno de los mayores inconvenientes de esta tecnología es la cantidad de electrolito que tienen que llevar los vehículos. Estamos hablando de 500 litros (250 con carga positiva y 250 con carga negativa) en el caso del Quant F y 350 en el caso del Quantino. Eso, cuando hablamos de un liquido acuoso se traduce en alrededor de 500 kg y 350 kg de carga respectivamente. Dicho esto, a diferencia de otros combustibles como el diésel la gasolina o el hidrógeno, este liquido podría ser repartido por todo el vehículo en caso de ser necesario ya que no supone ningún peligro.
Nanoflowcell no tiene intención de fabricar coches más allá de prototipos, pero está ofreciendo su tecnología bajo licencia. Por ahora nadie ha pagado por sus licencias, pero desde la marca aseguran que grandes empresas del sector de la automoción se han interesado por ellas. Esta tecnología también está siendo considerada para almacenar electricidad a gran escala fuera de los picos de demanda.
Fuente | Autocar