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El Volvo XC90 T8 ya tiene cifras de autonomía bajo el ciclo EPA. Apenas 22 kilómetros en modo eléctrico

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Hace unas semanas recibíamos los datos preliminares de las pruebas que la agencia de protección medioambiental de los Estados Unidos estaba realizando a la versión híbrida enchufable del Volvo XC90 T8. Un modelo que bajo el ciclo NEDC logra unos llamativos 40 kilómetros.

Pero como sabemos el ciclo europeo es menos fiable que un billete de 150 euros, por lo que debemos esperar a conocer los datos bajo el más realista ciclo EPA. Estos finalmente han publicado los datos completos de las pruebas, y han dado unas cifras más modestas de las esperadas.[blocktext align=»left»]Mitsubishi-Outlander-PHEV-22Prueba del Mitsubishi Outlander PHEV [/blocktext]

Según el ciclo americano, el XC90 T8 logra una autonomía en modo eléctrico de sólo 22 kilómetros, con un consumo medio de 4.44 litros a los 100 kilómetros en modo eléctrico+gasolina, y 9.41 litros a los 100 kms cuando se termina la carga de las baterías. Según la EPA, se trata de un consumo muy interesante dentro del segmento donde se mueve el XC90. Un todocamino de 4.9 metros de largo y más de dos toneladas de peso.

Esta es una cifra que nos recuerda que a pesar de ser una alternativa o un paso intermedio para aquellos interesados en la movilidad eléctrica, pero no confían en los modelos 100% eléctricos. Este tipo de usuarios tendrán un vehículo con una importante limitación a la hora de moverse sin emisiones. Una media de 22 kilómetros que ha tenido en cuenta circulación urbana, interurbana y autovía.

En caso de movernos por autovía con el Volvo XC90 T8, esta puede caer de forma drástica y quedarse en menos de 10 kilómetros. Algo que se suma a la ausencia de un cargador rápido en la mayor parte de los modelos. Muy poco alcance eléctrico para un paso intermedio que no olvidemos cuesta 76.705 euros en Europa.

Esto nos sirve para pensar que puede ser una solución para algunos problemas de movilidad. Sin duda son una mejor opción que las versiones diésel o gasolina. Pero que nadie se engañe, a pesar de llevar la palabra enchufable, y una toma de corriente, las posibilidades de este tipo de coches son muy limitadas precisamente por abarcar dos sistemas de propulsión. Esto limita la capacidad de la batería, aumenta el peso, y mantiene viejas costumbres como el paso por el taller cada x kilómetros para realizar un mantenimiento mecánico.

No podemos tampoco dejar de lado las sensaciones de conducción. Con un híbrido enchufable la potencia eléctrica es muy limitada, y enseguida entra en acción el motor de combustión para arruinar la fiesta.

Fuente | EPA

 

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