Todos los que hemos pasado alguna vez por una concesión de un gran fabricante buscando información sobre sus coches eléctricos, sabemos que nos aventuramos en tierra peligrosa. Un grave problema que los constructores no han afrontado, y que tiene como resultado que muchos interesados en dar el salto a una movilidad más limpia, salgan corriendo de dichas instalaciones.
Así lo pone de manifiesto un estudio de campo realizado por el Sierra Club. Una asociación de usuarios de coches eléctricos de Estados Unidos, que ha reclutado un pequeño ejército de voluntarios para acudir a los concesionarios para saber como están las cosas en su relación con los coches eléctricos. El resultado no ha podido ser peor.
En total han sido 308 las concesiones analizadas. Las historias más bizarras como suele ser habitual llegan desde aquellos fabricantes que apenas tienen coches en su oferta. En varias tiendas los usuarios se han encontrado que el coche de exposición «no tenía carga suficiente para hacer una prueba». En otros simplemente no encontraban la llave, y se animaba al cliente a probar un modelo convencional, o simplemente de indicaba que la concesión no estaba certificada para la venta o servicio técnico de los eléctricos.
En la parte alta de la lista aparece Tesla, que logra la mejor puntuación. Por detrás encontramos a BMW, Chevrolet y Nissan. Tal vez las tres marcas con mayor implicación en el sector del coche eléctrico. Llama la atención la buena nota lograda por Audi, que a pesar de no contar con más oferta que e A3 e-tron, consigue encaramarse a la cuarta plaza.
A partir de ahí encontramos a los que peor atención han ofrecido a los presuntos clientes. KIA, FIAT, Mercedes…destacando Porsche entre los que más puntos negativos se han llevado. También destacamos el caso de Ford, que está entre los peor calificados, pero que supone el tercer clasificado en número de ventas de eléctricos en Estados Unidos entre enero y junio.
Esto pone sobre la mesa tanto que el sistema de concesiones no sirve para el coche eléctrico. Unos vehículos que tienen menos mantenimientos y por lo tanto menos recursos que compartir entre fabricantes y concesión. También indica que los concesionarios no están listos para atender una demanda que crece sin parar. Algo que puede hacer que las ventas se inclinen hacía unos u otros no sólo por su tecnología, si no también por el trato al cliente en la concesión.
Y es que a la vista del resultado, poco importa que KIA, FIAT o Volkswagen lancen un nuevo y competitivo modelo, si en las concesiones el cliente se encuentra un ambiente hostil.
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Vía | Sierra Club (PDF)
