Realmente llamativas la posición que ha adoptado la Ministra de Medio Ambiente de Alemania, Barbara Hendricks, respecto a la polémica cuota que China impondrá a los fabricantes que quieran vender en su mercado. Una cuota que obligará a alcanzar unos elevados mínimos de ventas de eléctricos.
Como recordamos, esta normativa marca que para 2018 el 8% de las ventas de cada fabricante tendrán que ser protagonizadas por coches eléctricos. Una cifra que crecerá hasta el 12% en 2020. En caso de no cumplir con estos mínimos, los fabricantes más rezagados tendrán que comprar créditos de emisiones a aquellos que dispongan de excedente.
Esto ha provocado una fuerte indignación dentro de los fabricantes alemanes, e incluso una carta de protesta del Ministro de Transportes germano. Y es que el retraso en el programa de coches eléctricos de los fabricantes nacionales es más que evidente, lo que supondrá con total seguridad el tener que afrontar fuertes sanciones.[blocktext align=»center»]
China relajará sus exigencias a los fabricantes extranjeros que produzcan coches eléctricos en su mercado [/blocktext]
Pero ahora la Ministra de Medio Ambiente ha dado un verdadero golpe en la cara a la industria de su país, y también a parte de su propio gobierno, al asegurar que está totalmente de acuerdo con esta normativa china. Para la Sra Hendricks «China está mostrando a os inversores a que atenerse. Es algo que los actores en la industria necesitan. Una orientación clara de hacia donde moverse«.
La propia Ministra ha levantado ya algunas polémicas dentro de su país a principios de este año, cuando ha propuesto que se prohiban las ventas de nuevos coches no eléctricos a partir de 2030. Algo que sin duda puede pasar como una proclama publicitaria en cualquier lugar, pero en el centro de la industria automovilística europea ha sido todo un torpedo.
Para Hendricks, la normativa china permitirá acelerar la implantación del coche eléctrico de forma muy intensa. Una tendencia que Alemania debería seguir, ya que el mercado del gigante asiático es el mayor mercado del mundo. Como ejemplo las 21.1 millones de matriculaciones de coches el pasado año, que se pueden comparar con las 3.2 millones de Alemania.
Unas palabras que seguro no han gustado en parte de su país. Y es que no hay más que recordar las palabras del propio Ministro de Transporte, que catalogaba la propuesta china como poco realista, y una forma de dar una ventaja competitiva a los fabricantes locales. Desde la industria de los fabricantes alemanes por su parte han mostrado su desacuerdo por la posición poco neutral del gobierno comunista en este aspecto.
Pero la realidad es diferente, y muchos en Alemania se han dado cuenta que esconder la cabeza no hará que pase el peligro de que la maquinaria germana pierda competitividad en los principales mercados. Un pequeño cambio que puede ser el catalizador del cambio de un país referencia en cuanto a la fabricación de coches.
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Vía | Bloomberg
