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Los analistas de Morgan Stanley avisan del peligro para los fabricantes de componentes del cambio que supondrá el coche eléctrico

A worker mounts a tyre at the serial production BMW i3 electric car in the BMW factory in Leipzig

A nadie se le escapa que el coche eléctrico traerá unas cuantos cambios en el mundo de la automoción. Uno de los sectores que más expuestos está a estos cambios es el de los suministradores de componentes. Unas empresas que se han especializado en la fabricación de los cientos de diferentes piezas que forman un motor de combustión. Un planteamiento que choca con la sencillez de los sistemas eléctricos.

En un reciente informe, Adam Jonas, analista de Morgan Stanley, ha realizado una preocupante predicción para las empresas encargadas de suministras los diferentes componentes que dan forma al sistema de propulsión de los modelos diésel o gasolina. En este estudio indica los riesgos a los que se enfrentan los márgenes de beneficios de estos grupos, incluso dentro de las empresas más asentadas del sector, como el gigante Delphi.

Según Morgan Stanley, en estos momentos el sector de la fabricación de componentes para los sistemas de propulsión convencionales, como sistemas de inyección, bombas de combustible, sistemas para los gases de escape, envases de emisión, controles del acelerador y sofisticados módulos de control, supone en la actualidad el 25% del mercado de Delphi. Una clara señal de la dependencia de un sector que amenaza con tener cada vez menos peso.[blocktext align=»center»]volkswagen-e-golf-factory[/blocktext]

Para Adam Jones «No estamos sugiriendo que estos productos vayan a ser reemplazados de inmediato, pero sí vemos margen para la disminución de los retornos económicos dadas los cambios de las prioridades de los grandes fabricantes, lo que supone un riesgo material para la trayectoria de ganancias de los suministradores«.

No sabemos si esto tendrá algo que ver, pero después de ser publicado el informe, la propia Morgan Stanley ha reducido la perspectiva de las acciones de Delphi de los 74 a los 59 dólares. Un importante retroceso que puede suponer el inicio de una nueva era donde la menor necesidad de componentes debería suponer un beneficio para los usuarios, menos expuestos a averías y mantenimientos, pero que tendrá su impacto en la industria de los suministradores que tendrán que evolucionar.

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Vía | BR

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