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La dolorosa transición de Volkswagen hacia el mercado del coche eléctrico. Unos 10.000 puestos de trabajo menos

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A pesar de sus reticencias, el grupo Volkswagen ha comprendido que debe dar los pasos necesarios para incorporarse al nuevo mercado del coche eléctrico. Un mercado hasta ahora visto y entendido como accesorio y publicitario, pero que ha comenzando a alcanzar una velocidad de crucero que amenaza con dejar atrás a los más rezagados.

Podemos pensar que todo ha tenido comienzo el pasado año con el estallido del escándalo de las emisiones, que ha cambiado de forma drástica la forma de pensar en el consejo de VW. Un consejo hasta entonces beligerante con cualquier cambio que enturbiase la imparable dinámica que prometían convertir al grupo alemán en el mayor fabricante del mundo. Pero entonces llegó el Dieselgate, y todo cambió.

A partir de ese momento los partidarios del coche eléctrico ganaron la batalla en el consejo. Se comenzó el diseño de un nuevo proyecto que dejaba atrás las pobres propuestas mostradas hasta entonces. Simples conversiones, con precios elevados y sin nada que ofrecer más que el emblema del fabricante alemán, y que ha dado dado como resultado una nueva plataforma, MEB, diseñada específicamente para albergar un sistema de propulsión eléctrico y una batería de gran capacidad.

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Volkswagen I.D. Un coche eléctrico con una autonomía de entre 400 y 600 kms, que llegará en 2020

Pero esta transición no será fácil. A pesar de contar con unos recursos casi ilimitados, el grupo VW afronta un proceso en el que tendrá que pasar de un mercado donde era uno de los líderes, a un mercado donde empieza prácticamente de cero. Además lo hace con un sistema que cambia totalmente la forma de trabajar, con unos sistemas de propulsión mucho más sencillos, que no requieren la inabarcable línea de suministros y recambios de los modelos diésel y gasolina.

Esto tendrá según el propio fabricante alemán, una repercusión importante en los puestos de trabajo. Karlheinz Blessing, jefe de recursos humanos en Volkswagen, ha afirmado a la prensa germana que el coche eléctrico supondrá un desmantelamiento parcial de la plantilla. En pocos años las cifras de bajas y despidos puede llegar a los 10.000 trabajadores en todo el mundo.

Una cifra que se antoja corta ya que hablamos de un fabricante que cuenta con 610.000 empleados, lo que supondría apenas el 1.6%. Algo de lo que dependerá en buena medida del éxito de sus futuros modelos. En caso de que estos sean capaces de cubrir los huecos que vayan dejando unas propuestas tradicionales con cada vez menor demanda, el impacto en las plantillas será menor.

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Vía | Industryweek

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