Las nuevas formas de medición de emisiones de coches en Europa son inútiles

Las nuevas formas de medición de emisiones de coches en Europa son inútiles

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Publicado: 23/03/2016 12:23

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En los últimos meses se ha vuelto habitual ver a coches dotados de un sistema alojado en su parte trasera, y que permiten hacer una medición del consumo y emisiones más realista de los coches. Se conoce como Sistema Portátil de Medición de Emisiones (PEMS). Una alternativa a los sistemas de medición dentro de los laboratorios, sobre rodillos y en condiciones ideales.

Pero por desgracia estos sistemas no son más que una cortina de humo de algunos fabricantes, ya que los resultados de los test realizados con los mismos no son vinculantes. Simplemente son informativos.

El problema indican fuentes anónimas de la industria del automóvil, es que Europa conocía el problema, pero nunca ha actuado. Esto se debe principalmente al absurdo de dejar la legislación en cuanto a emisiones en manos de la comisión de industria del Parlamento Europeo, en lugar de la comisión de medio ambiente.

Una decisión que sumada a la presión de los lobbys de la industria del automóvil, ha provocado que la manipulación de las emisiones y consumos haya sido algo habitual y consentido, y que ha tenido como resultado el desastre ambiental que vivimos en Europa. Desde motores modificados, como los de Volkswagen, hasta el diseño de coches pensados sólo para pasar las pruebas oficiales. Los llamados «coches de oro» que nunca llegan al mercado.

Según las fuentes «Desde el Parlamento Europeo no se conocían las manipulaciones concretas de las emisiones, pero si conocían los vacíos legales y las sombras del sistema de control«. Otra fuente indica que desde los niveles bajos de la administración europea se ha intentado legislar para evitar estos fraudes, pero al llegar a los niveles de decisión más altos, estos proyectos han sido desestimados.

La idea sería usar el PEMS. Una forma sencilla y rápida de saber cuanto consume y emite realmente un coche. Unas mediciones que se realizarían en carretera abierta, y no dentro de un recinto cerrado. Un sistema que se ha encontrado con la oposición de los fabricantes para adoptarlo de forma oficial, dado que es más difícil hacer trampa. No sólo por realizar mediciones en condiciones reales, si no por que puede ser instalado en unos minutos en cualquier coche. Algo que eliminaría el problema de los «coches de oro».

Lo que está claro es que el problema lo tienen los fabricantes que han hecho trampa, pero sobre todo las administraciones europeas que por una razón u otra, han mirado vergonzosamente hacía otro lado.

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Vía | Autonews