La consultora J.D. Power avisa que los clientes del Tesla Model 3 no serán tan indulgentes con los posibles fallos de fabricación

En un informe titulado «Tesla: Beyond the Hype» la consultora J.D. Power pone sobre la mesa una cuestión de capital importancia para el futuro de la marca. La calidad y precisión de fabricación del nuevo Model 3.

Según el estudio, la cuestión es que hasta ahora la mayor parte de los clientes del fabricante norteamericano son fans de la marca. Consumidores que se han comprado una unidad del Model S o el X, que se sienten pioneros y que no tienen el mismo nivel de exigencia con los pequeños fallos aparecidos en sus modelos de lo que tendría que sufrir un fabricante tradicional.

Fallos de fabricación, o de funcionamiento, que por otro lado siempre han contado con una rápida respuesta del fabricante, que además ha puesto en funcionamiento una de las garantías más robustas del mercado. Algo que sin duda ayuda a una menor presión por parte del cliente. Pero la realidad es que a pesar de ser modelos que de media superan los 100.000 euros, han contado con una amplia serie de fallos y defectos de fabricación que apenas le ha pasado factura a nivel de imagen.

Pero según J.D. Power, esto podría cambiar con el Model 3. A pesar de que hablamos de un coche mucho más económico, el estudio indica que el cliente objetivo será mucho más amplio, y abarcará desde los fans de la marca, hasta aquellos clientes más pragmáticos. Estos últimos no se mostrarán tan indulgentes con los posibles fallos que pueda tener el coche.

Unos propietarios que según el informe, tendrán en el Model 3 su único coche de la vivienda, y que no pueden permitirse el prescindir del mismo durante prolongados periodos de tiempo.

A pesar de esto, hay puntos a favor de Tesla que le ayudarán a mitigar este posible impacto. El primero y más importante es la experiencia ganada con la producción del Model S y Model X. Una experiencia que les permite reducir la posibilidad de fallos.

La otra es la mayor sencillez del propio coche, que de nuevo reduce el riesgo. No habrá experimentos ni cosas raras que puedan ralentizar la producción o ser susceptibles de reparaciones posteriores.

La tercera es que a pesar de ser un coche de masas, la mayor parte de los clientes de la primera hornada seguirán siendo fans de la marca que han puesto un depósito de 1.000 euros sin apenas conocer el coche.

Además las 400.000 reservas necesitarán casi un año para ser atendidas. Tiempo durante el cual los coches estarán destinados a propietarios de un perfil similar a los del Model S y X de cara a la marca, y que Tesla podrá usar para pulir los inevitables imprevistos sin que ello afecte a su imagen.

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