El pasado viernes, el grupo FCA (FIAT-Chrysler) presentó su nuevo plan estratégico, que tendrá vigencia hasta el año 2022. Durante la presentación, se hizo hincapié en el futuro de sus cuatro marcas globales (Jeep, RAM, Alfa Romeo y Maserati), si bien se dejaron de lado las marcas regionales (FIAT, Dodge y Chrysler), que verán su presupuesto reducirse al 25% en los próximos años.
FCA hasta ahora había sido una de las empresas más conservadoras en lo que se refiere a la electrificación de su gama de productos. Por el momento sólo han vendido un modelo 100% eléctrico, el FIAT 500e, que fue creado de forma exclusiva para el mercado californiano, pues si FIAT quería vender en dicho estado tenía que contar con un modelo cero emisiones en su gama.
Afortunadamente, parece que las tornas finalmente han cambiado en el seno de FCA: para el año 2022, Jeep contará con cuatro modelos 100% eléctricos, Maserati con tres (Alfieri, Levante y Quattroporte), y FIAT con dos (un nuevo 500e y el 500e Giardiniera). Sin embargo, la gran promesa de FCA, Alfa Romeo, no recibirá ninguno, centrándose en los mild-hybrid (E-Booster), los híbridos y los híbridos enchufables.
Alfa Romeo tiene el objetivo de convertirse en rival de Audi, BMW y Mercedes-Benz a nivel global, asaltando el mercado premium con propuestas de corte deportivo y estética italiana como los nuevos Giulia y Stelvio. En los próximos años quiere ganar peso en el mercado europeo, dominado hasta ahora con mano de hierro por el tridente alemán, así como establecerse de forma definitiva en Estados Unidos y China.
Sin embargo, FCA podría estar errando por completo en su estrategia con Alfa Romeo. A día de hoy, la mayoría de compradores se sienten más atraídos por la tecnología que por el placer de conducción. Esto es algo que han entendido en Audi, BMW y Mercedes-Benz, que ofrecerán a los clientes para el año 2022 una completa gama de vehículos eléctricos, para así satisfacer la demanda que existirá para entonces de coches premium a baterías.
Alfa Romeo por su parte no se podrá enfrentar a ninguno de estos modelos, y podría ver como su imagen pasa a ser la de una marca poco tecnológica, con modelos «de la vieja escuela» que no podrán competir contra los modernos BMW i4, Mercedes-Benz EQ A, Audi e-tron Quattro o Tesla Model 3. ¿Debería replantearse FCA el posicionamiento de Alfa Romeo y permitir que lance coches eléctricos de corte deportivo, para así prepararse para un futuro que será indudablemente a baterías?
