Esta semana se ha presentado un modelo que nos hace pensar que estamos ante el principio del fin de los grandes superdeportivos gasolina. Hablamos del Aston Martin Rapide AMR. La versión más extrema de la berlina británica que ha recibido una importante mejora que aspectos como la potencia, pero que se queda muy por detrás de los cada vez más rápidos coches eléctricos.
Antes de nada recordar que hablamos de un coche con motor de combustión, y además en una edición limitada de solo 210 unidades. Un Aston Martin que monta un motor V12 de 5.9 litros atmosférico, que dispone de una potencia de 603 CV y 630 Nm de par máximo. Las prestaciones también se mejoran con respecto al Rapide estándar, y es capaz de completar el 0 a 60 millas por hora (96.6 km/h) en 4.2 segundos. Todo a cambio de «unos módicos» 240.000 dólares.
Es evidente que el comprador de un Aston Martin no busca solo aceleración, sin también el estilo, la calidad y la exclusividad que le proporciona la mítica marca británica. Pero cuando lo que busca es una edición limitada y preparada, es de suponer que si quiere ese extra de potencia. Lo malo es que si se para en un semáforo junto a un coche eléctrico, es posible que su enorme inversión sirva solo para ver la zaga del eléctrico alejándose en silencio.
Podemos pensar que por 123.000 dólares este mismo comprador podría llevarse a casa un Tesla Model S P100D. La berlina americana es capaz de completar las mismas 60 millas por hora en apenas 2.5 segundos. Una diferencia brutal a estas alturas. Hasta podría incluso lanzarse a un tan de moda todocamino como el Tesla Model X P100D, que se pone hasta las 60 millas por hora en 2.9 segundos.
Pero no pensemos que sólo Tesla puede poner en aprietos a Aston Martin. Otra marca británica también lo hace. El Jaguar i-Pace con sus 400 CV y tracción a las cuatro ruedas logra dejar la marca de aceleración en 4.5 segundos. Muy cerca del Aston. Tanto que dependerá de la habilidad de conductor el lograr poner a uno u otro en la primera posición. Un Jaguar que en su versión más económica parte desde 69.500 dólares. Tres veces y media más barato que el Rapide.
Y a la vista hay nuevos lanzamientos que es de esperar dispongan de versiones de altas prestaciones, como el Audi etron. También veremos la llegada de modelos como el Tesla Model 3 en su variante Performance, capaz de alcanzar las 60 millas por hora en 3.5 segundos.
Otro que dejará muy atrás al Aston será el nuevo Porsche Taycan. El antiguo Missión-E que recordamos será capaz de acelerar hasta los 100 km/h en menos de 3 segundos. Un modelo cuyo precio arrancará desde 90.000 euros.
Incluso dentro de la propia Aston Martin ya hay de camino sustitutos para los modelos convencionales. Es el caso del RapidE, cuyo primer prototipo ha sido presentado el pasado año y que contaba con un sistema de propulsión de 800 CV y tracción total. Ingredientes suficientes para destrozar la cifra de aceleración del AMR.
Por supuesto el que se compra un coche de competición de este estilo suele meterse en el circuito a sacarle el máximo partido. Pero otros los tienen simplemente por es estatus que proporcionan. Y cuando esta clase de superdeportivos empiecen a ser humillados en los semáforos, y vean que sus rivales pueden recargarlos en casa por muy poco dinero o incluso gratis con energía solar, sin duda la imagen que mucha gente tiene sobre estos berlinas de altas prestaciones cambiará de forma radical, comenzando la extinción de las mismas.
