Hace algo más de seis años un diseñador de San Francisco presentaba un prototipo que prometía la maniobrabilidad de una moto, con un cuerpo compacto y además una estructura cerrada. Era Lit Motors. Una startup que finalmente después de muchos intentos, no llegó al mercado. Ahora desde China han cogido esta idea y la han convertido en un proyecto que además de todo lo anterior, añaden la capacidad de conducción autónoma. El resultado, un nuevo aspirante a revolucionar la movilidad en las ciudades.
Desde Pekín llega un proyecto todavía sin nombre comercial, se le conoce como 1703 a secas. Se trata de un vehículo eléctrico de dos ruedas, una única plaza. Para mantener el equilibrio este usa una serie de giroscopios, que le permiten inclinarse en las curvas, y lograr de esa manera una experiencia parecida a la de una moto. Pero con la seguridad extra que proporciona un habitáculo totalmente cerrado.
La idea de su creador es ofrecer una alternativa de movilidad para unas ciudades donde en la mayor parte de las ocasiones el vehículo cuenta con un único ocupante. Por lo tanto los 3 metros de largo y 1 metro de ancho de este prototipo permiten realizar la misma operación, pero en un espacio mucho menor.
A nivel técnico dispone de un motor eléctrico de 20 kW de potencia máxima, que le propulsan hasta una velocidad máxima de 120 km/h. La energía por su parte procede de una batería de 35 kWh, que le proporcionan según su diseñador una autonomía de 400 kilómetros con cada carga. Una cifra realmente llamativa que logra gracias a su bajo consumo, apenas 7 kWh a los 100 km. Su homologación debería ser como moto. Pero al igual que en otros mercados, su diseñador choca con una normativa en China que no contempla este tipo de conceptos.
Como hemos comentado antes, para mantener la estabilidad utiliza una serie de giroscopios como los vistos en su momento en Lit Motors. Estos se encuentran situados bajo el asiento del conductor, y permiten mantener el equilibrio tanto en parado, como en circulación. Para no tener que estar de forma constante encendidos, cuando el vehículo se detiene y el ocupante baja, extiende una pequeñas ruedas que permiten mantener la verticalidad del conjunto sin tener que contar con los propios giroscopios.
Desde la empresa se ha indicado que el primer prototipo demostrativo es un concepto totalmente autónomo. Incluso no cuenta con volante ni pedales. Sólo una pantalla de 24 pulgadas donde el ocupante indica el destino al vehículo. De todas formas su diseñador ha indicado que habrá una versión con volante, que será la primera en llegar al mercado.
Una llegada que indican se producirá en 2020. Para lograrlo, la compañía china está recibiendo una buena cantidad de inversión, y según su presidente, hasta el momento han logrado captar 60 millones de dólares de diferentes inversores que ven posible este rompedor concepto.
Fuente | Twowheelscar
