El Nissan LEAF es a día de hoy el coche eléctrico más vendido de la historia. Lanzado en 2010, el modelo japonés recibió su segunda generación a finales de 2017. Esta nueva versión mejora en todos los aspectos posibles a la anterior: tiene una batería más capaz, un motor más potente, un diseño más atractivo, y equipamiento más rico de última generación.
Sin embargo, el nuevo LEAF ha mantenido, de forma incomprensible, el sistema de refrigeración pasiva para la batería del LEAF anterior. Una solución que fue muy criticada por los usuarios en su momento, pues en climas muy fríos o muy calientes, el rendimiento del coche y la autonomía cae en picado. Además, también es un factor importante en una posible degradación prematura de las baterías.
En el caso de la nueva versión, dotada de una batería de 40 kWh de capacidad, se une otro problema: a la hora de utilizar la carga rápida en corriente continua (50 kW, formato CCS Combo) varias veces en un mismo día (algo que ocurrirá por ejemplo cuando tengamos que realizar viajes), la batería se sobrecalienta y la potencia de carga cae a menos de la mitad, haciendo que el tiempo de carga aumente considerablemente.
Los usuarios del nuevo Nissan LEAF han criticado la decisión de la marca de mantener el sistema de refrigeración pasiva, pues sus coches se ven limitados por el sobrecalentamiento de las baterías. Este caso ha sido bautizado como Rapidgate, y podría tener como consecuencia una pérdida de confianza por parte de los clientes en la gama eléctrica de Nissan.
Sin embargo, la marca ha anunciado que a finales de año lanzará al mercado una nueva versión dotada de unas baterías de 60 kWh (más de 350 km de autonomía real) y un motor de 200 cv que será capaz de cargar a más de 100 kW de potencia. De acuerdo con las informaciones conocidas hasta ahora, el nuevo modelo llevará un sistema de refrigeración activa que solucionará los problemas de la versión inferior.
Sin embargo, cabe preguntarse, ¿añadirá Nissan el sistema de refrigeración de la versión de 60 kWh a la de 40 kWh? En un principio, esto sería complicado, pues las baterías de 40 kWh son de AESC, mientras que las de 60 kWh serán LG Chem, y no parece que vayan a ser intercambiables unas por otras. Sin embargo y con el objetivo de intentar sofocar una posible campaña de descrédito, Nissan podría adaptar el sistema de refrigeración del LEAF de 60 kWh al de 40 kWh.
A pesar de todo, hay que recordar que el actual Nissan LEAF es un simple restyling profundo del anterior, y que por lo tanto, su vida comercial será corta: su sustituto podría ver la luz a finales de 2021. ¿Le merece la pena a Nissan realizar este cambio en un modelo con una vida comercial tan corta? A corto plazo quizás no, al ser una inversión extra, pero a medio y largo plazo, les servirá para mantener a numerosos clientes que de otra forma se sentirán decepcionados con la marca.
