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La inversión en sectores como el coche eléctrico se come parte del beneficio de BMW este año

BMW ha presentado los resultados económicos del segundo trimestre. Un ejercicio en el que hemos podido ver como los alemanes han incrementado de forma notable su inversión en nuevas tecnologías, como los sistemas de propulsión eléctricos, conducción autónoma y coches conectados.

Entre abril y junio BMW ha logrado unos beneficios de 2.080 millones de euros, lo que supone una caída del 6% respecto al pasado año. Por su parte los ingresos han llegado a los 25.020 millones de euros, que significan un 2.9% menos que el pasado año.

Desde la marca alemana indican que la caída de beneficios tiene que ver precisamente con el aumento de inversión en nuevas tecnologías, así como a I+D. Un departamento que durante el segundo trimestre se ha llevado 2.610 millones de euros. Una cifra que ha crecido un 13.6% respecto al pasado año, lo que avisa que todavía se está acelerando.

Y eso que en todo el mundo BMW apenas ha vendido 61.000 coches eléctricos en los seis primeros meses del año. Algo que pone sobre la mesa el mucho trabajo que tienen por delante, lo que supondrá afrontar cada vez inversiones más potentes para mantener el ritmo frente a sus rivales.

Como ejemplo de las cifras que todavía tiene pendientes BMW por agregar a sus gastos, el reciente acuerdo de suministro de baterías con el fabricante chino CATL, que supondrá movilizar en los próximos años hasta 4.000 millones de euros. Y eso sólo en baterías.

También tendrá que incrementar su capacidad de producción de coches. Para ello destinará a corto plazo 1.000 millones de euros para poner en marcha una línea de producción en la planta que BMW tiene en Hungría. Una inversión que permitirá a los alemanes poder actualizar una planta que esperan logre una capacidad de 150.000 unidades al año, y de esa forma atender la demanda de modelos en Europa. Un mercado donde BMW matricula el 45% de sus ventas a nivel mundial.

Pero esto es sólo el principio. BMW todavía tiene que terminar de rematar el diseño de su nueva generación de coches eléctricos, que comenzará su despliegue en el mercado en 2020. A esto añadir las inversiones necesarias para acelerar el ritmo de fabricación en mercados con menos paciencia que Europa o Estados Unidos. Hablamos de una China donde en 2019 ya entrarán en vigor las nuevas cuotas de ventas de coches eléctricos, y que se ha convertido en uno de los principales mercados para BMW.

Movimientos que tendrán que apresurarse ya que la demanda así lo está haciendo. Como ejemplo las cifras que maneja la propia BMW, que durante la primera mitad del año ha visto como los coches eléctricos e híbridos enchufables han ocupado un 4.7% de las ventas dentro de sus diferentes gamas. Esto supone que entre la división “i”, BMW iPerformance y MINI, han llegado a las 46.849 unidades entre enero y mayo, lo que representa un crecimiento del 41% respecto al mismo periodo del 2017.

Fuente | BMW

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