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Catar se prepara para convertirse en una potencia fabricando coches eléctricos

Los países del Golfo Pérsico llevan varios años buscando diversificar su economía dependiente del petróleo. Uno de los últimos en sumarse al carro es el Estado de Catar. Uno de los países más ricos del mundo que ahora invertirá una pequeña parte de sus fondos en un proyecto que pretende convertirles en un epicentro de la producción de coches eléctricos.

Para ello han puesto en marcha una empresa, Qatar Quality Trading, que tendrá asistencia técnica del fabricante de procesadores ARM, propiedad del banco japonés Softbank que precisamente cuenta entre sus principales accionistas a los países del Golfo. Algo que nos indica que estos movimientos han sido planificados hace tiempo, y que se ha hecho empezando desde la base.

Para la ocasión Catar pondrá en marcha un mega complejo que una ver terminado estará formado por 6 fábricas y 12 líneas de producción, y que comenzará sus trabajos coincidiendo con el escaparate del mundial de fútbol que se celebrará en el país en 2022, donde se presentará el primer coche eléctrico catarí. Unas líneas de producción que se fabricarán en Japón, y que se estima tendrán un precio de unos 3.000 millones de dólares.

Según el director ejecutivo de ARM, Takayuki Hirayama, tres años después de terminar la instalación esta contará con una capacidad de producción de 500.000 unidades al año, mientras que la capacidad total de la fábrica se logrará siete años después de su finalización y que se situará por encima del millón de unidades al año. Una planta que además se podrá alimentar al completo de la energía solar que se puede obtener en estas latitudes.

El coche eléctrico de Catar

El objetivo es crear una marca global que lleve a los vehículos a los diferentes mercados. Para la ocasión presentarán un primer modelo que contará con una configuración 100% eléctrica, con un sistema de propulsión que contará con unos 500 kW (682 CV) y 1.000 kilómetros de autonomía. Para la carga podrá acceder a potencias capaces de recuperar la capacidad en apenas 10 minutos.

Un proyecto que de nuevo sirve de aviso a los grandes fabricantes occidentales que la dilatación de sus proyectos puede suponer la aparición no sólo del imparable mercado chino, sino que también podríamos ver crecer competencia incluso de aquellos países sin ninguna tradición automovilística a la hora de la producción. Y como vemos, no sólo con grandes inversiones en la compra de nuevas compañías, sino de forma directa fabricando sus propios coches.

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Vía | GT

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