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El coche eléctrico puede ser una fuente de puestos de trabajo y reducción de emisiones en España

El pasado 21 de septiembre, la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES) y eco-union, socios en España de la federación de ONGs europea Transport and Environment (T&E) han enviado una carta a la Ministra para la Transición Ecológica de España, Teresa Ribera. En ella se solicitaba el apoyo a una propuesta enviada al Consejo de los ministros de medio ambiente de la Unión Europea para tratar los estándares de CO2 y como reducir sus cifras.

Entre las peticiones se ha incluido:

  • La reducción de emisiones de CO2 en un 25% hasta 2025 (un 20% como mínimo), y entre 30 y 50% hasta 2030 (un 40% como mínimo)
  • La introducción de penalizaciones si los fabricantes de coches no venden suficientes vehículos cero emisiones
  • Acordar unas pruebas de CO2 del mundo real para reducir a cero la brecha entre las pruebas en laboratorio y en carretera, como sugerido por Francia en las reuniones de expertos del Consejo de la Unión Europea.

Con estas medidas se indica que no sólo se logrará reducir el impacto de las emisiones contaminantes en la población, sino que además tendrá un impacto positivo dentro de la industria de nuestro país, generando una importante cantidad de puestos de trabajo directos e indirectos tanto en la producción de vehículos, como en la generación de electricidad para alimentarlos.

El informe destaca que el estudio “Repostando hacia el futuro” realizado por Cambridge Econometrics y coordinado por las ONG Transport & Environment y ECODES, la transición en España de una movilidad basada en la importación de petróleo hacia otra basada en energías limpias producida a nivel nacional, permitiría mantener millones de euros en nuestra economía, mejorando la balanza comercial.

Según Mónica Vidal, de ECODES, “esta transición podría crear hasta 23.185 empleos netos en España mientras se reducen las emisiones de CO2 en un 28% en 2030, y hasta un 92% y un 89% la reducción de emisiones de contaminantes como los óxidos de nitrógeno y las partículas respecto a mediados de siglo”.

Por su parte desde otros sectores se pone sobre la mesa las inevitables pérdidas de empleo que habrá en sectores como la automoción. Algo que ha indicado el potente sindicato alemán IG Metall, cuyos representantes han expresado su preocupación respecto a unos límites de emisión de CO2 más estrictos que los propuestos por la Comisión europea para los vehículos ligeros, que podrían tener un impacto negativo mayor de lo previsto en la evaluación de impacto de la Comisión europea.

Para Isabell Büschel, de Transport & Environment, “las pérdidas de empleos y la mejora de la productividad son inevitables y no deben atribuirse a la transición hacia los vehículos eléctricos. La evolución hacia la electromovilidad está ocurriendo de todos modos, la pregunta no es si ocurrirá, sino dónde”. Concluye que “si el Consejo de la Unión europea no adopta unos objetivos de CO2 más ambiciosos para los automóviles nuevos, entonces Europa importará vehículos eléctricos fabricados en China en lugar de fabricarlos aquí”.

Opinión

Y es que está claro que la pérdida de trabajo tal como lo conocemos en la actualidad dentro del sector del automóvil cambiará de forma radical. Pasaremos de motores de 2.000 piezas, muchas de ellas móviles y con su desgaste, a sistemas con apenas 20 piezas, con sólo una de ellas móvil. Algo que supondrá la menor necesidad de piezas para la fabricación, y también menos para el mantenimiento.

Pero esto es inevitable, por lo tanto el debate ahora debería centrarse en el donde y el cuándo se realizarán las inversiones necesarias para afrontar la nueva generación que por otro lado como todas las revoluciones, traerá nuevas oportunidades. En lugar de fabricar motores de combustión, o piezas como los cambios, los sistemas de escape…etc, pasaremos a desarrollar baterías, cargadores, así como toda la industria paralela, como es la generación de electricidad y los empleos de calidad que generará en levantar nuevos parques eólicos, nuevas granjas solares, y el mantenimiento que ellas necesitarán.

Algo que nos hará menos dependientes del petróleo, y además reducirá el impacto de la contaminación entre la población. Algo que supondrá de forma directa un ahorro importante en gastos médicos por problemas respiratorios.

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Vía | Ecounion

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