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Noruega empieza a retirar ayudas a la compra de coches eléctricos. ¿Continuará el elevado ritmo de ventas como hasta ahora?

Noruega es uno de los países que desde hace décadas más ha apostado por la movilidad sostenible para conseguir que tanto el tranporte por carretera como por agua y los ferrocarriles sean cero emisiones. Desde 1990, Noruega eliminó el impuesto a la compra de vehículos con cero emisiones y, desde entonces, los incentivos tanto a nivel nacional como local se han vuelto más agresivos año a año.

Y estos incentivos están dado sus frutos: actualmente, más del 50% de vehículos nuevos vendidos son híbridos o completamente eléctricos, lo que ha conseguido que Noruega sea el país que mayores ventas de coches eléctricos per cápita del mundo. Al mismo tiempo que se conceden esta serie de ayudas, también se impulsa la venta de coches eléctricos gravando a los conductores que circulan con un vehículo con motor térmico. Mientras que a los conductores de coches cero emisiones se les permite circular de forma gratuita por ciertas carreteras, estacionar o cargar sin coste, a los conductores de los otros vehículos se les hace pagar más para compensar esta ayuda.

Sture Portvik, gerente de electromovilidad de la ciudad de Oslo, confirma estas buenas cifras: «creo que estas políticas son un éxito, ya que la densidad de vehículos eléctricos en Oslo es bastante elevada: el 57% de todos los coches vendidos nuevos son eléctricos o híbridos, donde un 12% corresponden a híbridos enchufables y más de un 45% a coches totalmente eléctricos«.

Pero este ritmo de ayudas y compras, a medida que el parque móvil se inclina hacia la sostenibilidad, surgen las dudas sobre cuánto tiempo más podrá ser sostenible este tipo de políticas. Actualmente, Oslo ha comenzado una política de ir retirando paulatinamente los vehículos de sus calles para que el centro de la ciudad esté completamente dedicada al peatón y transporte público, por lo que la ciudad está comenzando a reducir alguno de estos privilegios que concedió a los propietarios de vehículos eléctricos.

¿Es capaz de mantenerse sostenible el mercado de coches eléctricos una vez retiradas las ayudas? Por ejemplo, en EEUU se están eliminando ciertos incentivos a la compra de coches eléctricos que afectan a los fabricantes que venden más de 200.000 vehículos cero emisiones al año. A pesar de las ayudas, los eléctricos apenas han hecho mella en un mercado con 276 millones de vehículos por sus carreteras. Se plantea extender este crédito hasta el año 2022, pero se discute si realmente esta ayuda sirve para algo.

Sin embargo, el caso de Noruega es distinto, ya que el Gobierno ha abaratado la posiblidad de que el consumidor tenga un vehículo eléctrico al mismo tiempo que las ciudades se han transformado para que su utilización sea fácil y sencilla. Un ejemplo de estas ayudas lo podemos ver a la hora de comprar un vehículo como un Volkswagen Golf: mientras que la versión de combustión cuesta aproximadamente 31.000 €, de los cuales 11.000 € se corresponden a impuestos, el e-Golf cuesta puesto en la calle 27.000 €. A esto ayuda que el precio del combustible en el país nórdico es mucho más caro que en otros países europeos, lo que hace que un eléctrico sea una opción más rentable para los noruegos.

Pero el gobierno de Noruega se plantea en 2020 eliminar la exención del IVA del 25% a la compra de vehículos eléctricos, ya que considera que el mercado de eléctricos a día de hoy puede avanzar por sí solo sin necesidad de ayudas o exenciones. Además, a partir de 2019, Oslo comenzará a cobrar peajes y estacionamiento en la calzada a los propietarios de un vehículo eléctrico y se modificarán las tarifas por kWh en los cargadores de recarga pública para que los ciudadanos comiencen a instalar cargadores en sus domicilios o estacionen en estos puntos solo si es estrictamente necesario.

Todo esto se enmarca dentro del objetivo de conseguir que Oslo sea una ciudad más amigable para los peatones, medidas que va a complementar el gobierno local con la potenciación del transporte público, la ampliación de carriles bici y la reducción de hasta 700 plazas de aparcamiento, un tema algo delicado que pondrá a prueba la concienciación de los noruegos en la evolución y sostenibilidad de las ciudades.

Vía | Citylab

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