Las gasolineras del futuro ofrecerán recarga de coches eléctricos, hidrógeno y metano
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Publicado: 23/02/2018 13:42
Mientras el mundo todavía se alimenta casi en su totalidad con combustibles fósiles, algunos equipos ya están trabajando en cómo serán las estaciones de servicio del mañana. Unos espacios donde el diésel o gasolina dejará su lugar a otros elementos, como la electricidad, el hidrógeno e incluso el metano.
Así lo piensan al menos un grupo de científicos del Centro de Investigación de Energía Solar e Hidrógeno Baden-Württemberg, Alemania, que han presentado un proyecto para desarrollar una estación flexible pensada para satisfacer las necesidades de los sistemas de propulsión alternativos.
Estas nuevas «gasolineras» contarán con puntos de recarga para coches eléctricos. Sin duda para muchos el vehículo del futuro. Pero también habrá espacio para repostar los coches que se muevan con una pila de combustible de hidrógeno, y de metano.
Este proyecto ha sido financiado por el Ministerio Federal de Economía y Tecnología de Alemania, que ha destinado 1,3 millones de euros en un proyecto que tendrá una duración de cinco años y que forma parte del proyecto «QUARREE 100», que pondrá a prueba el suministro completo de energía renovable de un distrito alemán.
La idea de los científicos de Stuttgart es diseñar una estación multifunción. La electricidad, como la procedentes de fuentes renovables, se inyectará directamente a las baterías de los coches eléctricos. Esta contará además con una batería de respaldo. La función será tanto almacenar los excedentes de las renovables cuando hay poca demanda, como apoyar a la estación cuando exista un pico de demanda.
En caso de que esta batería de respaldo esté llena, y continúe llegando electricidad de las renovables, entonces una segunda fase contempla su almacenamiento en forma de hidrógeno. De esa forma se logra sacar el máximo partido a las fuentes limpias, y se prepara a la estación para atender picos de demanda elevados.
En una tercera fase en caso de que la batería y los depósitos de hidrógeno estén llenos, entonces se pondrá en marcha un proceso para inyectar dióxido de carbono al propio hidrógeno y de esa forma obtener metano. Un metano que podrá ser usado por los vehículos a gas natural (GNC). E incluso llegado el momento si esta tercera opción también llega a su máxima capacidad, entonces la estación comenzará a inyectar los sobrantes a la red de gas natural.
De esta forma según los promotores del proyecto, el impacto de la estación de servicio no se limitará a los propios vehículos, sino que el sistema energético se podrá beneficiar de la misma.
Además con este sistema se reducen problemas como las pérdidas por la conversión, al priorizar la recarga directa de las baterías de los coches eléctricos. Luego se producirá una pérdida estimada del 10% cuando sea necesario su almacenamiento en baterías, una cifra que crecerá hasta el 25% en el caso del hidrógeno, y un 40% cuando se llega a la última parte, la producción de metano. Pero incluso en estos últimos casos existe la posibilidad de aprovechar el calor residual producido durante la conversión, lo que le permitirá ganar algunos puntos en eficiencia.
El objetivo del proyecto es mejorar la eficiencia, la vida útil y la rentabilidad de los dos componentes principales. Un electrolizador de presión alcalina y un reactor de placas para metanización. Una instalación que se está intentando escalar hasta llegar a los 100 kW.
Una estación flexible y a la vez sostenible que está en fase de desarrollo y que tendrá sus primeras experiencias prácticas con la puesta en marcha de la primera estación experimental en 2020.
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Vía | ZSW