El ambicioso programa de coches eléctricos de Volkswagen corre peligro de sufrir un importante revés. Según informa el diario alemán Manager Magazin, las conversaciones del fabricante alemán con la coreana SK Innovation pueden hacer saltar por los aires los millonarios contratos ya firmados con LG.
El origen de esta disputa es el anuncio de un importante acuerdo entre la propia SK Innovation y Volkswagen para levantar hasta tres fábricas de baterías en Alemania. Incluso ya estarían en la fase de búsqueda de emplazamientos para las mismas. Todo para satisfacer la enorme demanda que se espera del nuevo programa de coches eléctricos del grupo germano en los próximos años.
Pero este acuerdo no ha gustado a LG, con la que la propia VW tiene contratos de suministro actual y de futuro. Una competencia que ha supuesto una amenaza de ruptura de los actuales contratos, que dejaría el inicio del programa ID sin baterías para alimentar la demanda de los próximos años.
Y la cosa no es menor. Como recordamos, LG y Volkswagen firmaban el pasado mes de octubre un enorme contrato de suministro de baterías valorado en 5.400 millones de euros. El contrato más grande firmado hasta el momento por LG, y que significaría entregar baterías para todos los modelos eléctricos del grupo VW y sus diferentes marcas.
Un acuerdo que ahora peligra si los alemanes continúan con sus planes de invertir en fábricas propias. Una solución a medio y largo plazo, no olvidemos que una fábrica necesita mínimo un par de años para comenzar a producir en pequeñas cantidades, para luego ir incrementando la misma de forma paulatina. Algo que podemos ver en la Gigafábrica de Tesla, que lleva cuatro años de obras, y todavía tiene entre uno y dos más por delante para llegar a su máxima capacidad de producción.
Ahora queda ver qué hará Volkswagen, si optará por seguir adelante con el acuerdo con SK Innovation, y poner en peligro el suministro a corto plazo manteniendo sus planes para levantar sus fabricas, o por lo contrario pondrá en manos de la propia LG la producción, lo que de nuevo pondrá en riesgo el suministro a medio y largo plazo.
Un ejemplo de los riesgos de depender de terceras marcas para el suministro de elementos clave como las baterías, que supone una forma más económica de introducirse en el mercado, pero al mismo tiempo reduce la capacidad operativa de los fabricantes y limita su capacidad de producción a lo que den unas líneas sobre las que apenas tienen control.
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