Hasta ahora los clientes de Tesla podían realizar el pago de sus servicios de mantenimiento anuales de forma anticipada. Planes de 3 o 4 años, que el cliente abonaba por adelantado, y que les permitía acceder a un servicio anual, o cada x kilómetros, con un pequeño descuento respecto a su contratación por separado. Unas revisiones periódicas con un precio cerrado, por ejemplo 2.500 euros por ejemplo para un Model S en un contrato de cuatro años.
Ahora Tesla ha confirmado el final de estos planes, que dejarán paso a un formato más tradicional en el que el cliente podrá seleccionar cuándo hacer dichas operaciones. Al mismo tiempo mantendrán activos los actuales contratos hasta su finalización, cuando no podrán ser renovados.
Con este movimiento Tesla se quita de encima determinadas visitas de los clientes que necesitan hacer una revisión rutinaria, aunque no tengan que hacer ninguna modificación en su vehículo. Una forma de aliviar el trabajo en sus centros de servicio técnico, que serán puestos a prueba por el enorme volumen de ventas del Model 3.
Y es que con una tasa de ventas que multiplica a los Model S y X juntos, los talleres del fabricante norteamericano verán como en pocos meses se producirá una avalancha de clientes para realizar sus primeras reparaciones o sus primeros mantenimientos. Algo que parece casi inevitable supondrá una larga espera, sobre todo en aquellos mercados más saturados.
Por su parte los clientes no notarán una gran diferencia, ya que los planes de mantenimiento eran opcionales, no obligatorios, por lo que aquellos que no hayan optado por los mismos continuarán como hasta ahora.
Pero sin duda este movimiento pone sobre la mesa la paulatina transformación de Tesla en un gran fabricante. Se está viendo obligada a realizar cambios que animen a sus clientes a no visitar tan a menudo sus talleres para labores rutinarias, para dejar sitio a los que necesiten una operación más profunda.
Algo que a pesar de todo tendrá que acompañarse por una fuerte inversión en el incremento de los propios talleres, ya que resulta complicado su crecimiento en aquellos mercados donde el cliente tiene que hacer 500 o 600 kilómetros para llegar a su servicio técnico más cercano. Algo que hasta ahora podían permitirse por la ausencia total de competencia, pero algo que cambiarán en los próximos dos años de forma radical.
Fuente | Tesla