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El consejo de administración de BMW pone en el punto de mira a Harald Krüger por su lenta adopción del coche eléctrico

La mala evolución de la economía y las ventas en BMW está elevando la presión sobre su director ejecutivo, Harald Krüger, que en 2020 termina su contrato y que muchas voces indican podría no ser renovado. Algo que tiene que ver mucho con la dinámica económica, pero también con la pérdida de confianza del consejo por la débil apuesta de la marca en el sector del coche eléctrico.

Ante estos rumores el propio Krüger ha lanzado un anuncio a la desesperada esta semana en el que indicaba la aceleración de los planes relacionados con las nuevas tecnologías de conducción, con una previsión de pasar de las 140.000 coches híbridos y eléctrico en 2021 a los 300.000, hasta llegar a los 3 millones para 2025. Algo que parece no será suficiente.

Y es que el avance de sus rivales más cercanos, como Audi con su etron y Mercedes con el EQC, está siendo visto con preocupación en una marca cuya respuesta, el iX3, tendrá que esperar todavía un año para su llegada, y además su propuesta no es precisamente ambiciosa siendo una simple conversión del modelo de combustión, que para más inri será fabricado en China. Algo que supondrá un problema de cara a su exportación a Estados Unidos.

También preocupa mucho dentro de BMW la expansión de Tesla, que está avanzando de forma agresiva en Europa, y que además lo hace atacando al cliente tipo de BMW, y cuya respuesta está todavía más lejana en el tiempo ya que el BMW i4 no verá la luz hasta 2021.

Y es que en 2013 BMW se convirtió en una de las primeras marcas en lanzar un coche eléctrico de fabricación en masa. De la mano del predecesor de Krüger, Norbert Reithofer, el BMW i3 supuso un paso hasta entonces impensable dentro de un grupo fuertemente ligado a los modelos de altas prestaciones.

Pero en 2015 se produjo el cambio de dirección, y con el llegó un frenazo al programa de movilidad eléctrica, que pasó a centrarse en los modelos híbridos e híbridos enhcufables, posponiendo de forma indefinida un compañero o una renovación profunda del propio i3. Algo que muchos ahora recuerdan al actual presidente que ha visto como la marca pasaba del grupo de cabeza en los inicios, a estar a la cola.

Una dinámica que tiene como resultado una caída de los beneficios y del valor en bolsa, que desde la llegada del propio Harald Krüger ha descendido un 27%, con un recorte del 17% sólo en el último año.

Factores que están provocando el inicio de los movimiento de la silla de máximo responsable que para muchos expertos, el año que viene cambiará de manos, lo que de confirmarse muy posiblemente supondrá una aceleración de los planes eléctricos de la marca bávara.

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Fuente | Handelsblatt

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