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Mazda presentará su primer coche eléctrico en octubre. Un modelo totalmente nuevo, y versión extensor de autonomía con motor rotativo

Mazda será una de las últimas marcas en incorporarse al mercado del coche eléctrico. Su primera propuesta estaba previsto que fuese la versión eléctrica del SUV compacto CX-30, que ha sido la plataforma utilizada en las últimas pruebas. Pero según las últimas informaciones este sólo ha sido una mula, y en Tokio veremos la propuesta definitiva.

Como recordamos, el prototipo usado para las pruebas contaría con dos configuraciones: una 100% eléctrica, y otra con un extensor de autonomía de gasolina que usará el nuevo motor rotativo Skyactiv-R, el cual solo actuará como generador para cargar las baterías cuando sea necesario. Un motor que tendrá su última oportunidad como extensor de autonomía y que destaca por pequeño tamaño, lo que permitirá dotar al vehículo de un amplio espacio interior y de capacidad de carga en su maletero.

El sistema eléctrico estará formado por un motor de 105 kW (143 CV) y 265 Nm de par, mientras que la batería será un pequeño pack de 35.5 kWh, que le proporcionarían una autonomía de entre 190 y 240 km con cada carga.

Pero este prototipo parece que no será el definitivo, y el CX-30 habría sido usado sólo como plataforma de pruebas del sistema eléctrico, y el modelo definitivo será una propuesta totalmente nueva.

Esto abre las puertas a que aspectos como la batería puedan crecer de forma sustancial en la versión 100% eléctrica, mientras que los 35.5 kWh podrían formar parte de la dotada del extensor de autonomía. Aunque a la vista del compacto tamaño del conjunto motor, hay pocas posibilidades de que el espacio sea un problema y la explicación es que el bajo nivel de suministro de baterías, que habría llevado a Mazda a buscar soluciones de urgencia.

Un proyecto que además han confirmado ha sido desarrollado de forma externa a la colaboración que Mazda está llevando adelante con Toyota y Subaru, y que tendrá como fruto otros vehículos.

Un modelo que en su versión con extensor de autonomía puede ser una buena alternativa en aquellos mercados donde la infraestructura de recarga no sea demasiado extensa, y donde los clientes interesados en dar el salto a un coche eléctrico se enfrenten a las dudas que esta situación genera. Una configuración arriesgada en el aspecto económico, que supone complicar y encarecer un conjunto en un momento donde cada vez hay más modelos de amplia autonomía a la venta, pero que si logra alinear todos los planetas podría ser todo un acierto por parte del fabricante asiático.

Un Mazda eléctrico que debería llegar en la segunda mitad del próximo año a Japón, para posteriormente ir extendiendo sus entregas al resto de mercados.

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