Poco a poco las promesas que amenazaban con llegar al mercado para romper con lo establecido están logrando pasar la compleja fase de concepto y financiación, llegando por fin a la crítica del inicio de su producción. El último en sumarse ha sido el fabricante chino Byton, con fuerte influencia europea y que ya ha dado comienzo a su producción.
Como recordamos el Byton M-Byte será producido en la planta que la marca tiene en Nanjing, desde donde se exportará a todo el mundo. Unas líneas que en pocos meses han logrado tomar forma y que han dado comienzo al ensamblado de las primeras unidades de pre-serie.
El modelo de producción mantendrá en gran medida el aspecto y características del prototipo presentado en Las Vegas en 2018. Esto incluirá además de su aspecto exterior, también la masiva pantalla de 48 pulgadas que recorre todo el salpicadero y que se ha convertido en su principal seña de identidad.
Además el M-Byte contará desde el primer momento con configuraciones tanto de tracción trasera, la más económica, como de tracción total. Un modelo que como recordamos vendrá dotado de dos posibilidades de batería, con una básica de 72 kWh útiles y 360 km de autonomía WLTP estimada, y una segunda con 95 kWh, que le proporcionarán una autonomía de 435 kilómetros WLTP.
Según Byton, el coche contará además con un amplio ecosistema de conectividad, que permitirá al usuario poder bajar aplicaciones y servicios para mejorar su experiencia. Un conjunto que el fabricante indica ha llamado la atención del mercado contando ya con 50.000 pedidos en China.
Desde Byton también se ha confirmado que esperan iniciar las entregas a mediados del próximo año, retrasando ligeramente unos plazos que indicaban finales de 2019 como la fecha seleccionada. Pero el cambio de director ejecutivo con la marcha del fundador Carsten Breitfeld trastocó estos planes provocando un retraso.
En China este modelo estará disponible por 300.000 yuanes, que al cambio son 38.800 euros para la versión de acceso, y los 51.000 euros al cambio para la de mayor autonomía. Unas cifras muy competitivas que falta por confirmar como se colocarán en Europa después de los impuestos y los aranceles correspondientes. Una marca que en apenas seis meses tendrá que tener solucionados cuestiones como le red de distribución en China y Europa, así como la cuestión de los servicios técnicos.