Estos días estamos viendo como toda la industria de la automoción se ha parado en Europa por culpa del coronavirus. Algo que ha provocado un hundimiento de las ventas en marzo, que seguramente serán peores en abril. ante este escenario ya han aparecido las primeras peticiones de ayudas de los fabricantes a los gobiernos para poder salir de este problema mediante la inyección de capital para recuperar la actividad y las ventas.
Pero desde algunos sectores se quiere vigilar que esto se haga con un planteamiento de sostenibilidad. Es el caso de la Asociación Federal de la Movilidad Eléctrica (Bundesverband eMobilität) que ha lanzado una petición el gobierno de Alemania para que la recuperación de la industria se realice bajo ciertas condiciones.
Según su presidente, Kurt Sigl: «La industria automovilística ha obtenido miles de millones en ganancias y ha sido impulsada por los dividendos durante años, ahora debe establecer el rumbo para un nuevo escenario. Esto era necesario antes y ahora más por culpa del coronavirus.»
Por un lado avisa de las presiones que están realizando los fabricantes para tratar de suavizar las normas de emisiones de la UE, cuya modificación sería un error. Unas posibles multas que indica «los fabricantes podrían solventar fabricando y vendiendo más coches eléctricos.»
Además añade que debe existir una clara prioridad política hacia una electromovilidad alimentada principalmente con energías renovables, por ejemplo, con la financiación inicial para procesos de reestructuración en las empresas y los plazos para el final del motor de combustión interna.
Para Kurt Sigl: «Todo esto requiere una campaña de información para que los consumidores sepan cuál debe ser la dirección social. Además, la infraestructura de carga debe ampliarse, así como la expansión de las energías renovables. La necesidad de reconstruir la industria para que sea más sostenible sigue siendo un tema fundamental donde los fabricantes de coches deben dar un paso adelante«.
Una dura lucha entre los que buscarán una reducción de los objetivos de reducción de emisiones, y los que tienen más avanzados sus programas eléctricos y buscan que estos se mantengan.
Entre estos últimos están los fabricantes alemanes, como BMW, Daimler (Mercedes-Benz) y Volkswagen, que consideran que no es necesario llevar a cabo una revisión de la legislación ambiental a pesar de la crisis surgida a raíz de la pandemia. Frente a ellos los fabricantes que han dejado los deberes para el último día, como el Grupo FIAT, que están presionando de forma conjunta con parte de la industria auxiliar para lograr una rebaja de los objetivos y con ello evitar multas millonarias el próximo año.
