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¿El secreto de la eficiente y rápida carga del Audi e-tron? Su sistema de refrigeración

El sector del coche eléctrico es a día de hoy uno de los más competidos del mercado. Mientras que los coches térmicos tienden a renovarse por completo cada siete años, con un restyling de mitad de ciclo a los cuatro años, los modelos eléctricos sufren continuas modificaciones tanto de hardware como de software para poder hacer frente a las nuevas propuestas que no cesan de llegar al panorama internacional.

Así, la adición de motores más eficientes, de baterías más capaces y de sistemas de carga más potentes están a la orden del día; sin ir más lejos, marcas como Tesla o Renault tienden a introducir modificaciones relativamente profundas en sus coches eléctricos cada poco tiempo (en el caso de Tesla además se realizan actualizaciones de software vía OTA de forma continua).

Sin embargo, Audi se llevó la palma el año pasado cuando introdujo una serie de mejoras en el tren motriz, en el sistema de frenado y en la gestión de la batería de su e-tron tras apenas un año a la venta. Dichas modificaciones permitieron mejorar la autonomía del e-tron 55 (la versión más capaz), que pasó de 417 km bajo el ciclo de homologación WLTP a 436 km.

Las baterías del Audi e-tron tienen una capacidad de 95 kWh brutos (86,5 kWh útiles). El núcleo de su sistema de refrigeración está formado por perfiles extruidos, los cuales forman una estructura visualmente comparable a un somier de láminas, que se fija a la carcasa de la batería desde la parte inferior empleando un adhesivo térmicamente conductivo de nueva creación.

El espacio entre la carcasa y cada módulo se rellena con un gel termoconductor capaz de transferir de forma uniforme el calor de las celdas al sistema de refrigeración a través de la carcasa, lo que permite mantener la temperatura constante entre los 25º C y los 35º C. El Audi e-tron cuenta con cuatro circuitos formados por 40 líneas de refrigeración, por las cuales circulan 22 litros de refrigerante.

Gracias a este elaborado diseño Audi promete, además de una gran resistencia en caso de accidente, una elevada eficiencia durante la carga, pues el coche puede cargarse en el umbral de potencia máxima (150 kW) entre el 5% y el 70%, cuando la inmensa mayoría de competidores solo son capaces de alcanzar la potencia pico durante cortos periodos de tiempo.

Esto es posible gracias a la enorme capacidad de disipación de calor de la que hace gala el SUV premium cuando carga a alta potencia en corriente continua. El e-tron 55 es capaz de cargar al 80% en apenas 30 minutos, ganando 110 km en menos de 10 minutos. Pasar del 5% al 100% le llevará alrededor de 45 minutos, una cifra llamativamente baja (el 20% final en los coches eléctricos se carga de forma lenta). Por otro lado, a partir de verano Audi permitirá equipar opcionalmente un cargador en alterna de 22 kW (hasta ahora era de 11 kW).

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